Año CXXXV
 Nº 49.334
Rosario,
martes  18 de
diciembre de 2001
Min 17º
Máx 33º
 
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Editorial
Alimentos: no demorar la ayuda

Enfrentar los problemas agudos cuando apenas asoman es una política saludable en todos los órdenes de la vida y más cuando se trata de decisiones que afectan a miles de personas.
El manejo de la tensión social que vienen haciendo la Municipalidad, la provincia y en menor medida la Nación ha posibilitado que los fantasmas del pasado fueran hasta ahora sólo un mal recuerdo. En Rosario, como en el resto del país, hay grandes bolsones de pobreza con necesidades alimentarias insatisfechas. Los motivos son obvios: un desempleo que llegó a niveles históricos, una recesión de la economía que está entrando en su cuarto año ininterrumpido y un sistema de bancarización apresurado que ha complicado también en algunos casos a los más pobres, como los cirujas que ya no pueden obtener en efectivo los pocos pesos diarios que les entregaban quienes les compraban lo que recogían de las calles.
Por eso, el compromiso de los supermercadistas de la ciudad que han anunciado que pondrán a disposición de las autoridades unas 20 mil cajas de alimentos para los carenciados es un gesto solidario que debe valorarse. Esa cifra, sumada a la que habitualmente se distribuye todos los meses, posibilitará que, al menos, ceda en parte la tensión que genera la desesperación de los padres que no pueden dar de comer a sus hijos.
Pero como en todas las cosas, una vez hecho el diagnóstico de la situación y decididos los cursos de acción a tomar, éstos no deben demorarse en intrincados trámites burocráticos. La distribución de alimentos debe efectuarse sin más demora, como se hizo el viernes pasado cuando había temores de desbordes sociales. Y también se debe establecer que, hasta que la crítica situación económica comience a revertir, la asistencia a la gente que no tiene cómo obtener recursos para comprar alimentos debe continuar.
La prioridad del gasto público debe pasar por estos días en asistir con la urgencia que requiere la situación a las familias que necesitan del Estado para sobrevivir. No puede haber dilaciones en un marco tan complicado como el actual.
El municipio y la provincia deben encontrar salidas creativas y de emergencia para alcanzar los objetivos buscados. Y tener muy en claro que es imprescindible encontrar los recursos para que la ayuda alimentaria llegue rápido y permanezca todo el tiempo que haga falta.


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