Dos semanas de trabajo y sin un peso. Sólo con el esfuerzo de los voluntarios y una propuesta directa: "En esta Navidad, un regalo de amor: ¡Doná tus órganos!". El Centro Unico de Ablación e Implante de Organos (Cudaio) culminó ayer una serie de actividades destinadas a generar conciencia respecto de la importancia de la donación. El cierre estuvo a cargo de cuatro paracaidistas que cayeron ayer sobre la arena de la rambla Catalunya cerca de las 19, cuando la tarde ardía de gente y de calor.
Unas dos horas antes se instalaron en la zona balnearia dos mesas en las que se distribuyó material informativo y se realizaron inscripciones de donantes. Pero cuando los paracaídas se abrieron en el aire, el público, que hasta el momento se mantenía cuasi indiferente, se agolpó alrededor de uno de los puestos y permaneció expectante. Una buena estrategia para atraer interesados.
En rigor, las actividades se iniciaron el 9 de este mes con una maratón en el barrio Empalme Graneros y siguieron este fin de semana con un encuentro para los amantes de los fierros y un concurso de dibujos para los más chicos en el Monumento a la Bandera y el supermercado Carrefour, respectivamente. Aunque, siempre se priorizaron las charlas y mini conferencias relacionadas con la donación de órganos.
Conciencia
En las mesas instaladas ayer en la rambla se repartieron volantes y se realizaron actas. En realidad, "la inscripción en la lista de donantes tiene la función de concientizar a la gente a partir del hecho de preguntarle si quiere entregar sus órganos", explicó el director del Cudaio, Armando Mario Perichón. "El punto es movilizar a la gente para que se genere una corriente positiva con respecto a la donación", agregó. Pero no olvidó el éxito obtenido en la campaña llevada adelante en coincidencia con las elecciones del 14 de octubre pasado. En aquella oportunidad hubo 21.300 inscriptos en todo el territorio provincial y unos 17.000 en Rosario.
Las cifras de las actividades de los dos últimos fines de semana no llegaron a trepar tanto (50 personas), pero los organizadores destacaron la importancia de la distribución de material informativo. En este sentido, calcularon que se repartieron cerca de 3.000 volantes.
La idea de los voluntarios
Fueron los propios voluntarios del Cudaio quienes plantearon la necesidad de seguir trabajando tras el suceso de la campaña en las elecciones. Por eso, se las ingeniaron para llevar adelante actividades atractivas para la gente como enganche con el tema de la donación.
"Tuvimos fondos cero", dijo Perichón y recordó que los afiches fueron realizados gratuitamente por una empresa gráfica y los paracaidistas pusieron la nafta para el avión que los transportó.
Pero todo está concatenado. Sergio Pagani se dializaba y pudo hacerse hace casi tres años un trasplante de riñón. Gracias a que es paracaidista convocó a sus compañeros del Club de Paracaidismo, quienes realizaron la demostración solidaria.
Un avión Sesna con capacidad para cinco personas sobrevoló la costa a unos 1.800 metros. La gente miró en detalle lo que iba ocurriendo y no bajó la cabeza hasta el descenso final. Los más chicos rodearon a los paracaidistas y les hicieron preguntas. Los miraban extasiados, mientras recogían la tela de avión que estaba sobre la arena.
Uno de ellos se había colocado un cámara de fotos y otra de video sobre el casco para volver a ver los momentos de la caída. La esposa del más veterano, esperaba ansiosa a su marido. "Te juro que me tiembla todo el cuerpo", se la escuchó decir cuando todavía no había pisado tierra firme.
Dio la sensación de que muchos de los interesados en ser donantes lo hicieron movidos por situaciones personales ligadas la problemática. "Soy enfermera y trabajé mucho en diálisis. La experiencia fue terrible porque vi mucha gente que sufría mientras aguardaba su turno en las interminables listas de espera por un riñón", recordó María Julia, quien, por diversas cuestiones, no había podido antes manifestar su intención de colaborar. Ahora, ya es donante y su nombre integrará una gran lista nacional.