El fin del excelente ciclo de Carlos Bianchi como director técnico de Boca Juniors tuvo ayer el cierre que correspondía, con un inobjetable triunfo por 5 a 3 en el clásico frente a Independiente. El atrayente partido quedó en un segundo plano, postergado por la significación que alcanzó el hecho de que se haya despedido Bianchi del club con el que logró tres títulos locales y tres internacionales en tres temporadas y media de trabajo. Dos goles de Juan Román Riquelme (en una producción digna de él) y otros de Antonio Barijho, Rolando Schiavi y Guillermo Barros Schelotto (la figura del encuentro), contra conquistas de Matías Vuoso, Juan Eluchans y Diego Forlán, dieron forma al marcador de un partido que tuvo, además, la buena noticia que supone la reaparición de Gabriel Milito en el equipo de Avellaneda. Independiente insinuó algo más en los primeros pasajes, pero Boca golpeó en la primera ocasión que tuvo por intermedio de Barijho. Apenas dos minutos más tarde llegó el segundo: córner de Barros Schelotto desde la derecha y cabezazo de Schiavi en el primer palo, ante la pasividad de sus rivales. Entonces Boca ganó seguridad, con un Barros Schelotto muy difícil de contener y con Riquelme creciendo de a poco, en tanto que la defensa de tres interpuesta por Independiente hacía agua por todos lados. Vuoso, el más activo de los hombres de Independiente, tuvo su premio con el descuento cuando recibió de Ríos y, desde la izquierda, sacó un derechazo alto y cruzado que dejó sin posibilidades a Oscar Córdoba. A Boca le quedó tiempo para llegar al tercero y fue un golazo, con el sello de Riquelme: tomó un rechazo corto fuera del área, y su remate de derecha se metió muy lejos del esfuerzo de Rocha. Volvió a pegar fuerte Boca a poco de arrancado el segundo tiempo, a los 7', con una avivada de Riquelme, que ejecutó rápido un tiro libre y, con los defensores rojos dormidos, dejó sin marca a Barros Schelotto para que fusilara al recién ingresado Sala. El pecado de Boca fue que, después, se dejó estar, e Independiente mejoró notoriamente con el ingreso de Franco y el posterior de Eluchans. A los 25 achicó la diferencia Eluchans, y nueve minutos más tarde Independiente se puso a un gol a través de Forlán. El resultado era engañoso, pero crecieron las expectativas hasta que, a los 42', Boca puso las cosas en su lugar con una acción elaborada por sus dos hombres más destacados: Barros Schelotto maniobró sobre la derecha, fabricó el claro e hizo el centro; Riquelme la tomó de tijera y su derechazo bajo superó a Sala. Bianchi tuvo, de parte de sus jugadores, el tributo que se merecía: no podía irse de Boca con algo que no fuera un triunfo. (DyN)
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