| | Análisis: Con un ojo en la crisis y el otro en la interna
| Mauricio Maronna
El gobierno no solamente puso a la economía en un corralito, sino que, además, convirtió en herejía el análisis político que pone el foco en las internas partidarias y en las precandidaturas presidenciales que asoman en el horizonte peronista. Fernando de la Rúa, con su rumbo errático, también convirtió en ceniza aquella máxima de la ciencia política que señala que los presidentes, con mandato de cuatro años, gobiernan durante los primeros dos y hacen campaña para la reelección en el período subsiguiente. A De la Rúa se le pide que empiece a gobernar. Pero más alla de la frase políticamente correcta que sale de la boca de todos los presidenciables ("para el 2003 falta una eternidad"), Carlos Reutemann, Carlos Ruckauf, José Manuel de la Sota y Carlos Menem saben que el tránsito hacia la Rosada puede acortarse en el almanaque. En lo doméstico, algunas encuestas confirman el cuadro de situación que La Capital describió durante el verano pasado: la provincia de Santa Fe tiene, por primera vez en la historia mediata, la posibilidad concreta de acceder a la presidencia de la Nación. Un sondeo de Catterberg y Asociados indica que Reutemann es el justicialista con "mayor intención de voto a presidente y el de mejor imagen personal". "¿Si mañana hubiese elecciones, a cuál de los precandidatos peronistas votaría para jefe de Estado?", fue la pregunta disparadora del muestreo. La realidad argentina, sin embargo, genera cimbronazos de tal magnitud que lo que hoy parece una verdad revelada, mañana puede transformarse en utopía. La crisis se convierte en una trituradora para quienes ocupan cargos ejecutivos y tienen aspiraciones de llegar a la presidencia. "Si la situación se agrava y vienen los estallidos habrá que tener muy en cuenta a Menem: dispone de todo el tiempo para recorrer las provincias y hacer campaña", comentó a este diario una encumbrada fuente del PJ santafesino, quien se sorprendió por el trabajo de Julio Aurelio que coloca al ex presidente en el segundo lugar de intención de voto, detrás de Carlos Ruckauf. El mejor capital político que tiene el Lole es su gestión ordenada y su austeridad. El promocionado modelo cordobés comienza a resquebrajarse y nadie puede anticipar qué futuro le espera a la provincia de Buenos Aires, aunque Ruckauf demostró reflejos rápidos para actuar frente a situaciones de emergencia y una voracidad inconmensurable por el poder. El polvorín a punto de estallar en que se convirtieron, el viernes, algunos barrios rosarinos debería constituirse en una señal de alarma para Reutemann, quien también debe lidiar con la altísima desocupación que registra la provincia de Santa Fe y, particularmente, el Gran Rosario. "No nos podemos dar el lujo de romper relaciones con la Nación. Si lo dejás actuar en soledad, De la Rúa te entierra", amplió la fuente, reflotando el mote de "sepulturero" que le endilgan al presidente los gobernadores peronistas. Desde el menemismo ponen a Reutemann bajo la lupa. El ex ministro del Interior Carlos Corach (un operador político de fuste) le mandó un misil al santafesino: comparó el "estilo" del gobernador con el de De la Rúa. Pese a que el gran partido se está jugando en el campo de la economía, y la política parece asomarse solamente por los intersticios, en la interna peronista hay ansiedad por saltar a la cancha. Quien sepa manejar los tiempos estará más cerca de alcanzar el trofeo. El resultado todavía es incierto.
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