Santa Fe: Pesqueros naturales

Ríos, lagunas y arroyos atraen a los amantes de la pesca, a pocos kilómetros de la capital

Los ríos Paraná y Colastiné, la laguna Setúbal y el arroyo Leyes ofrecen, a pocos kilómetros de la ciudad de Santa Fe, un rico menú de posibilidades para que los amantes de la pesca deportiva desarrollen su hobby en un escenario costero propicio y con gran variedad de especies.
En las inmediaciones de la capital santafesina, rumbo al norte y al noreste, brillan el sistema Leyes-Setúbal y los ríos San Javier, Colastiné y Paraná, aunque la riqueza de esta región pesquera se nutre, en gran medida, de muchos riachos y arroyos que son una atractiva opción para los pescadores.
En el sistema Leyes-Setúbal uno de los lugares más codiciados por los pescadores deportivos y profesionales es el comprendido por los riachos Saladillo, Amargo y Dulce, que alimentan a la laguna Setúbal.
Los baqueanos recomiendan consultar la altura hidrométrica del puerto, ya que cuando los registros son demasiado bajos la pesca queda circunscripta a tarariras y moncholos laguneros.
En cambio, cuando el nivel de las aguas es mediano o alto, esa zona es excelente para jornadas de pesca de gran rendimiento, tanto en cantidad como en calidad de piezas.
El mismo consejo sirve para quienes se internan en costas de las lagunas del sistema La Siete Millones y La Leona, y del Remanso Ramírez, a pocos kilómetros del casco urbano.
Otras opciones son el arroyo El Chipá -sólo en épocas de crecida-, la embocadura del Colastiné y la desembocadura del San Javier, donde los espineleros tienen sus asentamientos. Allí las especies disponibles varían según la época del año.
Entre septiembre y abril la temperatura templada del agua es propicia para las especies de verano, como armados, manduvíes, cachorros, dorados, rayas, patíes y tapes.
Los isleros santafesinos recomiendan usar carnadas vivas, y dicen que las más efectivas son las lombrices, cascarudos y sabalitos, como también mojarras, anguilas barreras y sanguijuelas, sin olvidar a las morenitas y a las peinetas.
Para los que piensan en comer un sabroso armado o un patí, los baqueanos del río les dan un consejo adicional: estos peces no se resisten nunca a un cebo de pan untado con mostaza y posta, ni tampoco a una tripa de sábalo. Y agregan que en el invierno, cuando abunda el delicioso bagre amarillo, los pescadores lo tientan con carnadas de tripero de sábalo, pero los especialistas se animan con isocas y viejitas, una modalidad algo más complicada pero muy efectiva.
Los expertos también aconsejan, en esta época del año, no pescar en aguas habitadas por la boga de invierno, ya que es un pez que se caracteriza por descarnar el anzuelo sin caer en la trampa que le tiende el pescador.
Toda la información sobre los pesqueros de la zona se puede solicitar en la Dirección Provincial de Turismo, Dique 1 del Puerto de Santa Fe, [phone], en la Dirección Municipal de Turismo, [phone], y en línea gratuita del Safetur, teléfono (0800) 5557233887.