Fundamentado por una mejor producción ofensiva desarrollada en la primera etapa, Colón le ganó anoche ajustadamente por 1 a 0 a Huracán, que mejoró notoriamente en la segunda parte y estuvo muy cerca de llegar al empate. Con este triunfo, los sabaleros treparon al tercer lugar en la tabla y el Globo profundizó sus dudas. La primera etapa tuvo a Colón como dueño absoluto del partido, favorecido por el gol de Gigena de entrada dispuso de las únicas situaciones del gol que tuvo el partido ante un rival que evidenció una alarmante ineficacia ofensiva. Pasado el primer cuarto, los sabaleros se adueñaron de la pelota y bajo la batuta de Aquino dominaron el medio desnudando gruesas y crónicas fallas en la defensa de Huracán. Colón pegó en la primera estocada a fondo. Pasado el minuto de juego Migliónico ensayó una escapada por el sector derecho y después de un anunciado enganche en el área fue derribado por Fernández, y Ruscio compró, porque si bien es cierto que el defensor lo alcanzó a tocar fue evidente cómo se tiró el delantero. Gigena lo cambió por gol. Luego Colón se encargó de justificar la diferencia. Primero cuando Graf se lo perdió, tras una notable jugada individual, y después cuando Gigena desde el punto del penal, inexplicablemente, la tiró por arriba del travesaño. Huracán insinuó aproximaciones, pero tiros al arco casi nada, la más clara la tuvo sobre el final el uruguayo Adippe, pero Morant alcanzó a trabarlo justo cuando se aprestaba a rematar. En el complemento Brindisi ensayó algunos cambios que le dieron rédito porque Huracán fue otra cosa, de manera especial a la hora de atacar. Así, en varias ocasiones puso en aprietos al seguro Leo Díaz. Primero fue Fernández, después hubo un borbollón de jugadores a un metro de la línea final y no fue gol de milagro, después un par de derechazos de Lucho González, que se fueron muy cerca pusieron al Globo cerca del empate. A Colón no le quedó más remedio que refugiarse atrás y plantear el partido de contra. Por ese camino dispuso de un par de situaciones propicias que no supo definir. Huracán le puso amor propio para tapar todas las falencias colectivas que padece, sin embargo no le alcanzó para no irse con las manos vacías.
| Migliónico traba a Soto. A Colón le va bien de visitante. | | Ampliar Foto | | |
|
|