-¿En qué te inspirás para los personajes que interpretás?
-Son las cosas típicas que vi en mis trabajos como taxista y diariero y otras de mi infancia en Longchamps. Hago un gallego, un gaucho, un diputado, un tanguero, el monólogo final con historias y poemas, el último es "Carola", que es un travesti, aunque no me disfrazo en escena. Yo tengo 41 años pero en esa época era habitual ver un gallego atendiendo un almacén, los gauchos, los almacenes con despacho de bebidas y el palenque para los caballos. Son personajes que ahora no se ven tanto. Lo mismo pasa con los porteños: los tenés que buscar de lunes a jueves por la noche, donde te encontrás con los verdaderos personajes de Buenos Aires.
-¿Cómo descubriste la faceta de la actuación?
-Parte de las cosas que hacía eran para vencer mi timidez, como vender diarios en los trenes o en los colectivos. También en el colegio industrial teníamos un grupo. Creo que lo que hago ahora es un poco lo que hacía en el industrial, con la diferencia que antes éramos dieciseis y ahora estoy solo en el escenario.
-¿Tenés más público ahora o antes?
-(Risas) Ayer me preguntaban cuantas veces hice este espectáculo y me reía porque decía que debo llevar más o menos trescientas funciones y ciento cincuenta espectadores. De todas maneras creo que ahora me ayuda mucho el tema de la radio.
-¿Cómo llegaste a Radio Continental?
-Entré de casualidad. Hago las mismas pavadas que hacía antes pero la radio te da cierto cartel que antes no podía tener. Pedían un llamado creativo y al elegido le regalaban un almuerzo. Justo era mi aniversario de casado, llamé y gané el almuerzo. El sábado siguiente mandé otro y gané otra vez, pero les dije que ya me habían elegido. Entonces me dijeron que siga mandando porque les servía. Después me invitaron un sábado a la radio y a partir de eso quedé todos los sábados hasta que el director de la radio me ofreció un contrato para hacer el micro.
-¿Pensás que la masividad de la radio te da otra responsabilidad a tu trabajo?
-Si, pero todavía no tomo conciencia. Hace poco estuve en la provincia de Santa Fe y me asombré cómo escuchan Continental. Eso te da cierto miedo porque tomás conciencia de la cantidad de gente que te escucha, y eso te da un poco de responsabilidad.
-¿Podés hacer humor sobre todos los temas?
-Lo que pasó en Estados Unidos, nunca lo toqué, no solo por una cuestión de respeto sino que no me causa gracia. De todas maneras creo que no hacer chistes sobre ciertos defectos físicos es discriminar porque quien calla de alguna manera también está tomando una posición. Así y todo hay temas que prefiero no tocarlos.
-¿Tuviste algún modelo de humorista?
-Creo que el humor está casi todo hecho. Te inspirás sin darte cuenta en personajes que te gustaron. Cuando hago el diputado, me acuerdo el abogados chanta que hacía Pepe Biondi; el gallego, mi referente, era Niní Marshal, una especie de Catita. Sin querer vos sacás ciertas cosas de cada uno, pero para mi lo más grande en humor son Les Luthiers.
"Marcelo de Turdera" va hoy, a las 21, en La Traición de Rita Hayworth, Dorrego 1170.
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