Tres decanos y once alumnos de la Universidad Nacional de San Luis iniciaron una huelga de hambre por tiempo indeterminado protestando por el retraso de la Nación en el pago de los salarios de noviembre y las medidas económicas que se están aplicando. Julio Rabba, decano de la Facultad de Química, Bioquímica y Farmacia; José Riccardo, decano de la Facultad de Matemática, Física y Ciencias Exactas, iniciaron anteanoche la medida de fuerza junto a dos alumnos, y ayer se les sumaron la decana de la facultad de Ciencias Humanas y otros nueve alumnos de distintas carreras para apoyar el reclamo.
Los docentes dijeron que "la universidad está parada no por un capricho sino porque la gente no está cobrando" y calificaron de "anárquica y desesperante" la situación que vive el sistema educativo superior argentino.
En el Rectorado se formó un comité de emergencia universitario que es presidido por el rector Germán Arias, que avala la medida de fuerza que están realizando sus decanos y los alumnos.
Los decanos en huelga de hambre aseguraron que cuentan con el apoyo incondicional de sus familias y que adoptaron esta actitud para luchar "por la dignidad de nuestros hijos, que no se merecen vivir estas situaciones de padecimientos".
Por un millón
Los decanos tomaron al decisión para apoyar sus demandas al Ministerio de Economía el pago de algo más de un millón de pesos para hacer frente a los sueldos de profesores, no docentes, autoridades y contratados.
La medida se suma al paro por tiempo indeterminado de los docentes y personal de planta iniciado anteayer y que ponen en riesgo los exámenes de fin de año y la finalización del cuatrimestre.
La huelga de hambre se lleva a cabo en un oscuro marco puesto que cientos de alumnos han perdido muchas clases este año; según algunos cálculos, esa pérdida suma más de 40 días en este ciclo académico, una de las consecuencias del recorte de más de 600 millones de pesos al sistema universitario nacional.
Los universitarios puntanos no tienen una fecha para el cobro de los salarios de noviembre, situación que se agrava porque la UNSL tiene una escasa generación de recursos, motivo que hace aparecer las nubes del arancelamiento en cada crisis.
La oficina del decano ayunante José Riccardo, titular de Matemática y presidente de la Comisión de Presupuesto de la UNSL, ofrecía ayer una imagen desusada. A la pila de expedientes y cables de computadora se sumaban un par de colchonetas que durante la mañana permanecían ocultas abajo de un escritorio, pero por la noche se extendían en donde fuera necesario.
Consciente de que la medida ha despertado críticas dentro y fuera del círculo académico, el funcionario dijo al sanluiseño El Diario de la República en su defensa que "la Universidad está parada no por un capricho sino porque la gente no esta cobrando. Algunos colegas pueden creer que esto no vale la pena, pero estamos en democracia y ella da pie para que todos opinen. Nosotros estamos convencidos de que hay que ponerse a la altura de las circunstancias", agregó.