cartas

Al doctor De la Rúa

Me dirijo a usted con el mayor de los respetos por su investidura. Soy una asalariada, que tiene en su trabajo 30 años de antigüedad; ya se han cansado de reducirme el sueldo, las horas de trabajo y por último ya no hay "trabajo". Le pido a usted, por favor, que reflexione señor, todavía estamos a tiempo. Los buitres a quien se refiere el señor Cavallo los tienen ustedes enjaulados en el Congreso de la Nación; en los Concejos Deliberantes y por último, y desgraciadamente, en la Justicia. Para que todos esos pájaros dejen de comer como nosotros en estos momentos, hay que abrirles la puerta (echarlos a todos), para que emigren a otros lugares y no tener que hacerlo nosotros. Quédese solamente usted con algunos asesores, con gente que realmente tenga ganas de gobernar y no de robar, y verá como nuestra Argentina resurge nuevamente. Señor, los buitres no vienen de afuera, los tenemos aquí en casa, hay que hacer que dejen de comer para que sepan lo que es el hambre.
Graciela Alonso