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Rosario era una fiesta

El sábado 1º de diciembre se corrió el tercer maratón que auspicia el Banco Bisel. Participaron tres mil atletas de todas las edades, y también discapacitadas. Lo que me llamó la atención fue con qué prolijidad se organizó todo, en un marco de alegría. Los corredores que terminaban la carrera pasaban todos con sus medallas y la remera, haciendo todos buenos comentarios. No faltaban el que vendía globos de todos los colores, el que vendía muñecas y animalitos de plástico, también de variados colores, el que vendía manzanitas con azúcar quemada, el que vendía gorros y muchas cosas más. También me llamó la atención que fue una fiesta de familia, no hubo ningún mal trato y como si esto fuera poco teníamos un marco imponente: el Monumento a la Bandera. El día en que el país se incendiaba, Rosario era una verdadera fiesta.
DNI 2.071.098