Después de la reaparición de la aftosa en el año 2000, que tan caro le costó a toda la cadena cárnica de la Argentina, empresarios, dirigentes y funcionarios están trabajando desde distintos frentes para que el país recupere los mercados caídos por la enfermedad y se recomponga el circuito de exportación y los ingresos que provienen por ese frente.
En este camino, un grupo de empresarios argentinos y chilenos acordaron impulsar el restablecimiento del comercio de productos pecuarios, interrumpido por la crisis sanitaria, y ayudar a solucionar los conflictos sanitarios que afectan el intercambio bilateral.
El compromiso se adoptó durante el encuentro que empresarios argentinos del llamado Grupo de los 31 -por el número de entidades de la producción y la industria de la carne que lo integran- sostuvieron con pares chilenos en noviembre pasado.
Mientras tanto, desde el frente oficial, el titular del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), Bernardo Cané, presentó el plan de combate a la enfermedad en Bruselas, donde esta semana se realizó la Conferencia Internacional de Prevención y Control de la Fiebre Aftosa.
Frente a un auditorio selecto, entre los que se encuentran los miembros que integran el comité que deberá evaluar el informe de la misión que estuvo en la Argentina, Cané presentó el plan que tiene el país para erradicar la aftosa con la idea de ir creando consenso para la apertura de los mercados europeos a las carnes argentinas y acelerando los tiempos en ese sentido.
Los números de la crisis
De acuerdo a datos de la Dirección de Mercados Ganaderos de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación (Sagpya), las ventas externas de cortes cárnicos vacunos se derrumbaron 63% durante el mes de septiembre último, respecto del mes anterior. Durante ese mes, las colocaciones de carne bovina en plazas externas se ubicaron en unas 120 mil toneladas (peso res), guarismos que representan una caída del 55% en relación con el mismo período del año pasado.
La merma también impactó en términos de valor de los productos exportados que fueron de 175,5 millones de dólares, frente a los 478 millones (de dólares) vendidos durante enero y septiembre del 2000.
Para contrarrestar esta crítica situación de la industria exportadora de carnes, los empresarios argentinos tomaron la posta. A través del acuerdo con sus pares chilenos buscan consolidar la apertura de un mercado demandante de los productos de la Argentina pero muy estricto en materia sanitaria.
El acuerdo entre argentinos y chilenos apunta a lograr que Chile desista de dictar una ley que prohibiría las importaciones de carne de países que no estén libres de aftosa sin vacunación, lo cual excluiría al producto argentino de ese mercado, por lo menos, en los próximos dos o tres años.
Como contrapartida, la Argentina debería flexibilizar las normas zoosanitarias que impiden actualmente el ingreso de carnes de aves y cerdos provenientes de Chile.
Los efectos del ocultamiento
Los empresarios trasandinos justificaron la dureza de la norma proyectada por el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) -el organismo chileno de control sanitario- en el riesgo que representó para la ganadería chilena el ocultamiento de la información sobre aftosa en que incurrió el Senasa.
Al respecto, indicaron que el paso de ganado en pie de Argentina para las "veranadas" en Chile constituyó "un serio peligro que no quieren volver a correr".
Los representantes argentinos admitieron el error del pasado pero destacaron que desde hace casi un año la "información oficial del Senasa es seria y confiable".
Por el contrario señalaron que "extremar las exigencias sanitarias" cuando la Unión Europea está a próxima a rehabilitar el ingreso de la carne argentina a la Comunidad suena más a "excusa para proteger el mercado chileno que a preocupación epidemiológica".
Como resultado de las primeras conversaciones los empresarios binacionales aceptaron que las carnes sin hueso y maduradas en frigorífico no ofrecen riesgo de contagiar la aftosa. "El reconocimiento es importante porque despeja los aspectos políticos y ubica la discusión sanitaria en el plano puramente técnico", dijeron los delegados argentinos. Asimismo, convinieron en solicitar a los conductores de los organismos técnicos de ambos países (SAG y Senasa) que encaren "en forma conjunta y coordinada" soluciones a los problemas sanitarios y especialmente al control de la fiebre aftosa en ambos lados de la Cordillera.
Este primer intento, sumado a la movida que encaró el gobierno a través de la participación del titular del Senasa en un foro internacional sobre el tema planea además adelantar los tiempos para la apertura de los mercados para poder contrarrestar los efectos económicos nocivos para la industria cárnica que trajo el rebrote.
Las materias pendientes
A nivel doméstico y entre las autoridades argentinas reina el optimismo respecto del resultado de la misión europea que visitó el país el mes pasado. Sin embargo, aún muchos problemas estructurales siguen sin resolución. Por caso, los inconvenientes en la aplicación de las dosis de vacunas debido al retraso en el envió de fondos por parte del Senasa a las distintas fundaciones encargadas de encararla está demorando y poniendo en riesgo el tema sanitario.
El último informe mensual de la Cámara de la Industria de Comercio de Carnes y Derivados de la Argentina (Ciccra) indicó que "de manera informal se conocieron observaciones (de la misión europea) respecto de la campaña de vacunación en el país asentadas en los siguientes motivos: a) la demora en la aplicación a todo el rodeo de la segunda dosis de vacuna; b) la decisión de una sola vacunación anual en el NOA y c) objeciones por la no vacunación de ovinos y porcinos".
El informe precisa además que "la comisión realizó la inspección en en fábricas manifestó aprobación por el estado edilicio y operativo, además no encontró inconvenientes en el manejo de los registros documentales de las mismas".
La Ciudad
