En la segunda jornada del juicio a tres presuntos skinheads acusados de golpear salvajemente a un joven al que creyeron judío, la víctima recordó aquel episodio con un estremecedor relato. "Creí que eran los últimos minutos de mi vida, me querían matar por ser judío. Una persona decía que tenían que conseguir nafta para quemarme", dijo Claudio Salgueiro. En el primer juicio -1995- se los condenó a tres años de cárcel de cumplimiento efectivo, pero el fallo fue anulado por la Cámara de Casación, medida que fue ratificada por la Corte Suprema de Justicia que ordenó realizar un nuevo juicio.
El joven afirmó que la golpiza le provocó rotura de todos los ligamentos de la cervical, dos costillas fisuradas, fractura expuesta de antebrazo, heridas cortantes en la cara y la cabeza y politraumatismos y escoriaciones múltiples.
El testimonio de la víctima acaparó la audiencia que lleva adelante el Tribunal Federal Oral Nº5, a cargo del juicio a Luciano Griguol, Orlando Raúl Romero Da Silva -ambos de 25 años- y Andrés Paszkowski (32), quien se encuentra prófugo y con pedido de captura.
Rodrigo Pozo, dueño de un kiosco donde atendieron a Salgueiro apenas se produjo el ataque, dijo que la víctima fue llevada al hospital Pirovano por la gravedad de las heridas que mostraba y señaló que el grupo presuntamente neonazi al que pertenecerían los agresores solían andar por la zona.
Salgueiro recordó ayer entre sollozos los hechos del 1º de julio de 1995 cuando fue agredido por una patota en las calles Moldes y Amenábar, en el barrio porteño de Belgrano. "Iba caminando con un amigo cuando pasaron dos chicas y un hombre, quien me escupió a los pies y me gritó «judío de m.....» y me dijo que no merecía vivir por ser judío", recordó.
Cinco días internado
Salguero contó que tras pelear con su agresor aparecieron "unas 20 personas" que lo golpearon provocarle lesiones por las que estuvo internado cinco días en observación neurológica. "Gritaban Heil Hitler, muerte a los bolivianos y a los paraguayos, muerte a los Rolling Stones. Los únicos que tenían derecho a vivir eran ellos", expresó Salgueiro, tras asegurar que fue castigado "con palos, cadenas y borceguíes". El joven aseguró que "hasta las mujeres me patearon. Me levantaban como una bolsa de papas y me tiraban contra un cantero de un estacionamiento. Tenían brazaletes con cruces esvásticas y escudos con símbolos nazis. Querían que yo supiera quiénes eran", denunció.
Tras recibir una patada en la sien, Salgueiro perdió el conocimiento y lo recuperó cuando era llevado a un kiosco en el que recibió las primeras curaciones: "La agresión cesó cuando creyeron que ya estaba muerto", dijo.
La víctima, ex empleado bancario, dijo que luego del episodio sufrió varias intimidaciones y que se mudó luego de que le pintaran el frente de la casa con cruces esvásticas. "Sufrí muchas intimidaciones, llamadas de teléfono, me seguían. En una oportunidad, en Nazca y Mosconi, me trataron de meter dentro de un auto y tuve que salir corriendo", dijo la víctima, apodada El Gallego. (DYN)