"Hay que decir las cosas como son. Esto es una batalla de pobres contra pobres y los verdaderos culpables nunca son los damnificados". Este fue el reclamo de Andrés, el encargado del Supermercado Pampa (ex Santa Ana) de Liniers y Eva Perón. El hombre se movía ayer nervioso en la vereda del local, mientras adentro unos cinco empleados limpiaban el piso y ordenaban las góndolas tratando de borrar las huellas de la dura jornada.
Cuando el reloj dio las doce, unas 100 personas llegaron "en banda" hasta el local de la zona oeste. Aunque los cajeros trataron de cerrar las persianas, el gentío forcejeó, ingresó al súper y echó mano a la mercadería que encontró en las gódolas..
"Todo fue muy rápido y nos tomaron por sorpresa, no hicimos tiempo de cerrar con llave el local ", recordaron los empleados momentos más tarde.
La mayoría eran mujeres que venían caminando con sus chicos y algún que otro hombre montado en su bicicleta o manejando su carro.
Según aseguraron los testigos dela escena vivida en el súper, como los agentes de la seccional 14ª, el grueso del grupo que entró al comercio vive en Villa Fanta, un caserío que se extiende entre Magallanes y Provincias Unidas, Gorriti y las vías del ferrocarril.
¿Qué se llevaron? Las versiones fueron múltiples y distintas. "Robaron todo, menos leche y pan, todo", aseguró el encargado del local dando a entender que se habían dejado de lado los alimentos básicos. Para otro empleado fueron sólo bebidas, embutidos y envasados. El grueso de los productos que secuestró la policía fueron -en cambio- carne, bebidas, pañales y desodorante.
Todo pasó en poco tiempo. "Entraron, agarraron lo que pudieron y se fueron corriendo", aseguró uno de los cajeros. En el tironeo, la encargada de la panadería fue golpeada.
La presencia de efectivos de la comisaría y el arresto de 11 personas, dos de ellas menores, pudo descomprimir la situación. Los mayores detenidos quedaron a disposición del Juzgado de Instrucción de la 12ª nominación.
Después, al Norte
Pero el episodio no terminó ahí. Media hora después, un grupo se dirigió hasta la sucursal del Supermercado Norte que se encuentra dentro del complejo de cines Village, a sólo dos cuadras del local saqueado. Pero la situación no llegó a mayores.
Inmediatamente, los encargados de seguridad del Village cerraron los accesos externos del lugar, por lo cual los manifestantes no pudieron acceder hasta el súper.
Sin mediar incidentes, se quedaron detrás de las rejas, desde donde solicitaron "algo para comer". Estuvieron unos 30 minutos y, ni bien aparecieron algunos móviles policiales, se alejaron.
"Serían unas 50 ó 60 personas, la mayoría mujeres y chicos. La voz cantante la llevaban un hombre y una mujer de unos 35 años que nos pedían que les diéramos algo para comer", indicó un agente de seguridad. Entrada la tarde, el complejo todavía tenía las rejas cerradas.