Kabul. - Soldados y funcionarios civiles norteamericanos volvieron ayer a entrar en la embajada de Estados Unidos en Kabul, que fue durante décadas y hasta hace 12 años centro de escucha privilegiado de los servicios de inteligencia en el gran juego de la Guerra Fría. La embajada, como casi todas las otras sedes diplomáticas, permaneció cerrada en los largos años de caos tras el retiro, en 1989, de las fuerzas de ocupación soviéticas. Al mismo tiempo, fuerzas norteamericanas capturaron en Kandahar al menos a tres líderes talibán.
Una cantidad no precisada de marines en traje de combate tomó posición sobre el techo del edificio, situado en una calle cubierta de hojas secas en el barrio de las embajadas, el Wazir Akhbar Khan, en la zona este de la capital.
Al menos 9 soldados, algunos con casco y otros sólo con birretes de lana negros, todos armados con fusiles automáticos M-16, se apostaron detrás de protecciones levantadas con bolsas de arena. Desde lo alto controlaban el vaivén de personas que descargaban y llevaban dentro del complejo de edificios materiales y equipos. Otros marines estaban de guardia en el patio.
"Estamos aquí por primera vez desde 1989 para garantizar la seguridad a un equipo de evaluación del Departamento de Estado", dijo el vocero del ejército, mayor Vic Harris.
Junto con los marines, en efecto, llegaron desde la gran base ex soviética de Bagram, a unos 40 kilómetros de Kabul, una decena de funcionarios del Departamento de Estado y técnicos militares encargados de evaluar el estado de los edificios.
La inviolabilidad de la representación había sido respetada por los talibán hasta el 26 de septiembre, cuando incluso antes del ataque norteamericano a Afganistán una multitud exaltada intentó quemarla, y consiguió incendiar algunos edificios anexos y vehículos, pero no el cuerpo central.
Como primera medida, todo el complejo fue revisado por expertos en explosivos, por temor a que los talibán hubieran dejado alguna trampa mortal, pero no se descubrió nada, según dijo el mayor Harris. Por el momento, el futuro del complejo de edificios no fue aún decidido, y no se sabe si la embajada volverá a estar en el mismo lugar.
Pero Estados Unidos ya anunció que pronto tendrá una representación diplomática en Kabul, donde ya Irán reabrió su embajada y lo mismo se aprestan a hacer Gran Bretaña, Francia, Rusia y Turquía.
Se trata de otro paso hacia el retorno a una cierta normalidad, tras el aislamiento del régimen talibán, cuando la única puerta hacia el mundo era la embajada de Pakistán, la única que había quedado abierta.
Paralelamente, fuerzas militares estadounidenses detuvieron, tras la caída de la ciudad afgana de Kandahar, a tres importantes líderes talibán, informó ayer el Pentágono. Así lo anunció en Washington el vicesecretario de Defensa, Paul Wolfowitz, aunque no dio nombres ni tampoco brindó más detalles sobre las personas detenidas. (DPA)
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