El Grupo Fiat reducirá su presencia en la Argentina a lo largo de 2002, donde mantendrá una capacidad productiva mínima, y trasladará toda la producción de su subsidiaria Iveco a Brasil, como parte de un plan de reestructuración de sus empresas a nivel mundial, que incluye el cierre de 18 fábricas en distintos países. El grupo anunció ayer la reestructuración por alrededor de 700 millones de dólares entre 2002 y 2004, lapso en el que cerrará 18 fábricas, dos de ella en Italia y 16 en el resto del mundo y despedirá a seis mil empleados fuera de ese país. También habrá una reorganización para Fiat Auto, que contempla una reducción de su presencia en Argentina, donde será mantenida una capacidad productiva mínima para permitir una recuperación cuando el Mercosur vuelva a crecer. El sector de camiones Iveco también cerrará varias plantas no italianas y transferirá a Brasil toda la producción de Argentina. La reorganización de Fiat Auto comprende la sustitución de su actual administrador delegado, Roberto Testore, por Giancarlo Boschetti, hasta ahora al frente de Iveco, cuyo nuevo administrador será Michel de Lambert. La reunión del consejo de administración originó ayer que los títulos Fiat estuvieran suspendidos durante toda la jornada en la Bolsa de valores de Milán. Durante todo el día de ayer se especuló con la dimisión de Testore, anunciada oficialmente a últimas horas de la noche, y aunque Fiat sólo dijo que la salida se debía al "cambio organizativo", en ambientes del sector se señaló que se debe a la caída de las ventas. El plan se completará con la venta de activos en 2002 por valor de casi 1.660 millones de dólares y un aumento de capital ordinario por un total aproximado de 880 millones de dólares. El resultado neto consolidado del grupo será negativo en el 2001, según el comunicado difundido por la compañía. Fiat señaló que la crisis de la economía mundial, manifestada ya a finales del primer semestre y agudizada tras los atentados terroristas del 11 de septiembre, influyó de manera negativa en el grupo turinés. El deterioro del escenario económico supuso para Fiat una significativa reducción del volumen de ventas. También influyeron -según reconoció- las agresivas políticas comerciales de los principales constructores para contrarrestar la baja de las ventas.
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