En su primer día de actividad, el nuevo Senado avanzó ayer en forma veloz hacia un acuerdo interbloques para reformar el funcionamiento de la Cámara, en un intento por revertir el desprestigio de la anterior conformación.
Paralelamente, en la Cámara de Diputados comenzaron los preparativos para la discusión del Presupuesto 2002, a través de la conformación de la comisión encargada de su tratamiento.
Reducción de personal, restitución del recorte salarial del 13 por ciento para los empleados del cuerpo, disminución de comisiones y eliminación de organismos burocráticos figuran entre las propuestas desplegadas en el Senado por el presidente provisional Ramón Puerta y consensuadas con los jefes de los bloques parlamentarios.
Justicialistas y radicales llegaron a un principio de acuerdo para dar marcha atrás con la anulación del recorte del 13 por ciento de los salarios a los empleados legislativos, con lo cual la poda seguirá vigente pese un proyecto en contrario que habían votado los anteriores senadores antes de irse.
También hubo consenso para rechazar la rejerarquización del Instituto Federal de Estudios Parlamentarios (Ifep), un órgano calificado por muchos como meramente burocrático, cuyos máximos responsables iban a cobrar entre 4.000 y 8.000 pesos mensuales.
Estas dos medidas serían votadas en la sesión de hoy, en la cual también se realizará el sorteo para definir la duración del mandato de los senadores, de acuerdo a la provincia a la que pertenezcan.
Además se acordó crear una comisión interbloque encargada de coordinar el nuevo esquema parlamentario, que estará integrada por cuatro justicialistas, dos radicales y un provincial.
Junto con estos diálogos a nivel jerárquico, también se realizaron los primeros encuentros formales entre ambos bloques.
Así Puerta mantuvo un extenso encuentro con Gioja, Jorge Yoma, Juan Carlos Maqueda y Carlos Verna en su despacho; y Maestro realizó su primer contacto oficial con Raúl Alfonsín, quien juraría como senador en la sesión de mañana.
La actividad del Senado en su primer día también estuvo signada por la presentación de un proyecto de ley de la justicialista Cristina Fernández de Kirchner para derogar la reforma laboral, votada el año pasado por el Congreso y sospechada de haber sido sancionada a cambio de sobornos.
La Cámara baja
Mientras el Senado buscó subrayar el cambio, en Diputados la transición tuvo un carácter más tradicional.
Como único signo visible del inicio del nuevo período del Congreso, los nuevos diputados comenzaron a ocupar sus despachos, mientras los jefes de los bloques avanzaron en la conformación de las comisiones que tratarán el Presupuesto 2002.
El nuevo presidente de la Cámara baja, el justicialista Eduardo Camaño, inauguró sus nuevas oficinas y fijó los límites para la discusión presupuestaria. "Por este Congreso no pasa ningún otro ajuste", advirtió.
A su turno, el jefe del bloque de diputados del PJ, Humberto Roggero, dejó una puerta abierta para las negociaciones con el gobierno al afirmar que "es imperioso dialogar", pero puso como condición que la Nación se ponga al día con los pagos para las provincias.
Diputados y senadores del PJ terminarán de delinear mañana una posición común frente al debate que se avecina, cuando se reúnan en una quinta de Ingeniero Maschwitz.