Año CXXXV
 Nº 49.327
Rosario,
martes  11 de
diciembre de 2001
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Arrestaron en Italia a uno de los capos de la mafia calabresa
Giuseppe Barbaro, de 45 años, figuraba en la lista de las treinta personas más buscadas del país

Los carabineros italianos arrestaron ayer a la madrugada en Platí (Reggio Calabria) a Giuseppe Barbaro, de 45 años, un capo de la mafia calabresa que figuraba en la lista de las treinta personas más buscadas del país. En tanto, el legendario Bernardo Provenzano, buscado por la Justicia italiana desde hace 37 años, sigue manteniendo en sus manos las redes de la mafia siciliana.
Giuseppe Barbaro, acusado de homicidio, secuestro y asociación criminal, fue capturado en un búnker subterráneo construido bajo el centro de Platí que usaba como escondite. El lugar, una suerte de laberinto de callejuelas subterráneas, estaba dotado de puertas falsas, entradas que se accionaban con mandos a distancia y vías de escape que desembocaban en las alcantarillas de la ciudad.
Barbaro llevaba 11 años prófugo de la Justicia. Durante este período, el mafioso había contado con la ayuda de un pequeño ejército de simpatizantes, que lo protegían.
El pasado 10 de octubre había logrado evitar la captura cuando los carabineros arrestaron en los bosques cercanos a Platí a su hermano, Pasquale, y otras nueve personas. En aquella ocasión se fugó gracias a una auténtica barrera hecha por sus hombres.
Ayer, en cambio, Barbaro fue sorprendido en el búnker junto a su esposa por los carabineros, que volaron la puerta blindada del edificio principal del escondite. Junto a él, los agentes encontraron transmisores sintonizados con las frecuencias de carabineros.

Cambio de imagen
La mafia siciliana busca renovar sus filas y ofrece trabajo a jóvenes con títulos universitarios y buena posición social. Ese es el perfil ideal -según un informe de la Dirección Investigadora Antimafia (DIA)- de la futura cúpula de Cosa Nostra, destinada a sustituir la vieja clase dirigente decapitada en las numerosas operaciones policiales de los últimos cinco años.
Según el informe, el legendario Bernardo Provenzano, buscado por la Justicia italiana desde hace 37 años, sigue manteniendo en sus manos las redes de la mafia siciliana y programa para el futuro un cambio radical de imagen de la cúpula de Cosa Nostra.
Provenzano, cuya "inminente" captura fue anunciada al menos diez veces en los últimos dos años, en realidad sigue firme en su puesto, muy ocupado en administrar la fase de transición que atraviesa la Cosa Nostra. El proceso de transformación ideado por el número uno de los criminales más buscados en Italia tiene como primer objetivo "minimizar la visibilidad de la mafia".
El mafioso controla desde hace más de cuatro décadas la criminalidad organizada en Sicilia y quiere volver a los viejos tiempos, cuando sus hombres acataban las órdenes, actuaban en silencio y sobre todo no se peleaban entre ellos. Además, busca crear una especie de elite criminal, diferenciada de la mano de obra. Según los investigadores italianos, este segundo objetivo serviría para garantizar a la mafia que las informaciones importantes no filtren a personajes de menor envergadura, susceptibles de convertirse en colaboradores de la Justicia en caso de arresto.
Pero el más sugestivo de sus objetivos es el del cambio de imagen, colocando en la cúpula de la organización que controla el narcotráfico, la trata de blancas y últimamente el floreciente mercado de la prostitución gracias a la inmigración clandestina, un grupo de jóvenes universitarios prometedores, absolutamente insospechables.
Todo lo opuesto de la línea de su rival corleonés, Totó Riina, que descuenta la cadena perpetua en una celda de una prisión palermitana, a pocos metros de la que ocupa su hijo Giovanni, de 26 años, plurihomicida, también condenado de por vida.
Riina hizo una guerra abierta contra las instituciones que culminaron con el asesinato de los jueces Giovanni Falcone y Paolo Borsellino, en 1992 y 1993, respectivamente. Pero la de Provenzano, sostiene el informe de la DIA, no es una mafia más "buena" que la del sanguinario Riina o la del clan de Nito Santapaola. Los objetivos siguen siendo los mismos. (Ansa)


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