Se cerró el telón de otra temporada oficial. El 2001 pasó a la historia como lo hizo también Buenos Aires, al vencer en la final de la Copa de Oro de la 19ª edición del Seven de la República a Mar del Plata por 28 a 7. La Copa de Plata quedó en poder de la gente de San Juan y la de Bronce viajó para Chile.
¿Y Rosario? No pudo repetir, se quedó en el camino. Porque en este tipo de torneos, a medida que un equipo avanza se cruza con otro rival que es sensiblemente superior al del partido anterior, y por ende los aciertos y errores se facturan más fácilmente. Ya el sábado ante Noreste, Rosario había mostrado yerros que casi paga caro. Los más gruesos fueron en defensa (que no fue sólida) y en la falta de apoyo. Ayer, volvió a evidenciar esos errores y Buenos Aires no lo perdonó y se quedó con la semifinal. El 43 a 5 final fue lapidario, aunque semejante diferencia no es la real entre ambos equipos.
Rosario, que finalmente terminó cuarto, tuvo una de esas tardes fatídicas en la que nada sale bien y Buenos Aires supo aprovecharlo. El conjunto porteño tuvo más control de pelota y cuando no la tuvo tackleó con una voracidad tal que inmediatamente volvía a poseerla. Los porqué de la derrota podrían resumirse en que el conjunto del Ñandú perdió muchas pelotas en el contacto, no fue sólido en el tackle y encima hubo poca coordinación en los ataques, con una falta de apoyo llamativa.
Buenos Aires, por el contrario, de pelotas recuperadas (las mejores porque encuentra a la defensa desorganizada) orquestó la mayoría de los ataques que indefectiblemente terminaron en try y que lo depositaron en la final con total justicia. Por otro camino llegó Mar del Plata, que en la jornada inaugural había hecho las cosas muy prolijas y seguía cosechando. En semifinales dejó en el camino a Santa Fe 28 a 14 y dejó la impresión de que sería un rival bastante complicado en el partido decisivo.
La final
Lejos de ser recordada por el buen juego, la final de la Copa de Oro quedará grabada por sobre todas las cosas por la efectividad que tuvo Buenos Aires para definir el pleito. Apelando al tackle y a la presión, Buenos Aires fue acorralando a Mar del Plata y no se desesperó por marcar. Supo esperar el error de su rival y tuvo su premio. El primer tiempo terminó 7 a 0, con un try de Travaglini convertido por Hernández, pero en el complemento, cambios mediante, terminó doblegando a su rival y quedándose con un nuevo campeonato. Las figuras de Gómez Cora (tres tries) y de Vitale fueron decisivas a la hora del recuento en los números finales.