Su mirada estaba depositada en las autoridades de la Asociación Rosarina de Atletismo. Ni bien culminó la última prueba, que fueron los 1.500 metros llanos, esperaba ansioso que le confirmaron lo que ya se presuponía. Cuando supo que alcanzó el récord rosarino en decatlón dejó volar su sonrisa y disfrutó este momento con su entrenador, Olmes Fornero. "Estoy muy contento porque el decatlón es una competencia complicada. Quise llegar a los 6000 puntos y no pude, pero igual me voy conforme. Tenía la esperanza de hacer algún podio, y salir primero me deja más que contento". Apenas un decatlón tenía en su haber Peyrano, y ni siquiera lo había terminado ya que había abandonado en la quinta prueba. Para el atleta, la constancia en esta especialidad es fundamental. "Se requiere de fuerza interior porque son diez pruebas interminables, más con el calor que soportamos. La última prueba (1.500 metros llanos) se te hace larga, el cansancio te pesa y le das para adelante solamente para poder terminar". Peyrano reconoció que las pruebas que más le costaron fueron los lanzamientos. Y que su fuerte fue "en garrocha, 110 metros con vallas, salto en largo y en alto". Acerca de lo que sentía su entrenador Olmes Fornero, que fue a quien le arrebató el récord rosarino, remarcó: "Está contento, ya que no hay ninguna rivalidad. El siempre quiere que me supere".
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