Año CXXXV
 Nº 49.324
Rosario,
sábado  08 de
diciembre de 2001
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El rugbier pagó la fianza, quedó libre y volvió a Nueva Zelanda
Está procesado por golpear y causar graves lesiones a un joven de 18 años. Ahora le harán un juicio

La defensa del rugbier neocelandés Riki Flutey depositó la fianza de 35.000 dólares y el jugador que golpeó y causó graves lesiones a un joven rosarino la madrugada del 29 de noviembre pudo finalmente quedar libre después de permanecer detenido más de una semana. El dinero para la fianza llegó ayer y fue aportado por una asociación de jugadores de rugby de Nueva Zelanda, según revelaron allegados al acusado. Flutey quedó en libertad a la tarde, recuperó su pasaporte e inmediatamente viajó a Ezeiza, desde donde volaría a medianoche hacia Wellington. Aun así, el proceso en su contra continuará con un juicio, por lo que se verá obligado a volver en caso de que la Justicia local lo requiera.
"El depósito se hizo a última hora (las 12.55) y el juez ya dio la orden de liberarlo", informó a media tarde una fuente judicial, confirmando lo que el abogado Walther Cattáneo ya había anticipado a este diario.
Flutey es un rugbier amateur y juega en la Wellington Rugby Academy, un equipo igualmente amateur que vino a la ciudad para afrontar un match contra la selección de la Unión local. Tiene 21 años y cuando ocurrió el incidente que lo llevaría a prisión estaba acompañado por Shannon Paku, Apoua Stewart y Ross Filipo, todos integrantes del mismo equipo.
La madrugada del jueves 29, Flutey golpeó en el rostro a Gabriel Capotosti, de 18 años, mientras este jugaba al metegol con unos amigos en un minimarket de Alvear y Salta. Los neocelandeses acababan de salir del boliche Soho, que queda en otra ochava de la misma esquina, y los testigos afirman que estaban "muy exaltados".

Inexplicable
El puñetazo fue tan potente que directamente noqueó a Capotosti, quien quedó tendido sobre la vereda con rotura de tabique nasal y hundimiento del hueso frontal del cráneo. Una ambulancia lo llevó enseguida al Hospital Italiano, donde los primeros días estuvo internado en terapia intensiva. Luego se recuperó y el martes le dijo a La Capital que aún no entendía las razones de la actitud de Flutey.
"Pregunté de dónde eran para practicar mi inglés pero en ningún momento los molesté", contó. Fue en ese momento cuando el rugbier reaccionó y lo atacó ante la sorpresa de todos. Según el chico, ni él ni sus amigos insultaron a los extranjeros.
El rugbier quedó detenido en la seccional 3ª y después el juez de Instrucción Alfredo Ivaldi Artacho lo procesó por lesiones graves. Si bien se trata de un delito excarcelable, su condición de ciudadano extranjero hizo que el juez fijara una fianza de 35.000 dólares para concederle ese beneficio. Por eso, mientras los otros integrantes de la Wellington Rugby Academy regresaron a su país, Flutey continuó preso en Rosario.
Pero tanto a los neocelandeses como a la defensa de Flutey, que está a cargo del bufé de Walther Cattáneo, la fianza les pareció excesiva y por esa razón los abogados apelaron. La Cámara Penal todavía no se expidió sobre el tema, pero mientras tanto la asociación de jugadores del país oceánico reunió el dinero y lo envió ayer a la Argentina.
"En Nueva Zelanda no pueden entender por qué el juez fijó una fianza tan alta. De acuerdo al cambio con su propia moneda, para ellos equivale a unos 80.000 dólares, es decir el valor de una casa", confió ayer a este diario un allegado a la defensa. Flutey, que es amateur, no podía pagar ese monto y por eso quien se hizo cargo fue la asociación que nuclea a los jugadores de su país, donde el rugby es un deporte muy popular.



Rick Flutey, poco antes de dejar la ciudad.
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