Año CXXXV
 Nº 49.324
Rosario,
sábado  08 de
diciembre de 2001
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Incertidumbre. Cavallo negó que Köhler le haya pedido que devalúe
El FMI exige aval político para un programa fiscal de largo plazo
Negociarán un nuevo plan durante el fin de semana. Las claves son presupuesto y coparticipación

El ministro de Economía, Domingo Cavallo, afirmó ayer que permanecerá el fin de semana en Washington para discutir con los funcionarios del Fondo Monetario Internacional "una solución que haga sustentable el programa económico argentino" y superar el enfrentamiento generado por la decisión del organismo de no enviar los 1.260 millones de dólares que el gobierno necesita para evitar caer en un default. Según informó un portavoz de la entidad internacional, las negociaciones se orientan a definir un programa sustentable hasta el año 2005. Cavallo negó que le hubieran pedido una devaluación.
En Argentina, donde el dólar se disparaba por la incertidumbre, el gobierno intentaba obtener el consenso necesario para cumplir las exigencias de austeridad fiscal del fondo. Esa concertación debería expresarse en el próximo proyecto de presupuesto y una nueva ley de coparticipación.
Ese objetivo, no obstante, parecía lejano ayer. Mientras el presidente Fernando de la Rúa anunciaba que convocaría al diálogo al ex presidente Carlos Menem, en su calidad de titular del Partido Justicialista, y el jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, se reunía con los gobernadores peronistas del frente federal, el mandatario bonaerense, Carlos Ruckauf, disparaba un misil al corazón de la Casa Rosada al comparar a De la Rúa con Galtieri.
Cavallo, luego de dos horas de reunión con el director gerente del FMI, Horst Köhler, logró restablecer el diálogo que se había cortado con el organismo luego de que se frenara el desembolso de 1.260 millones de dólares que el gobierno necesita para evitar el default.
Cavallo tuvo un almuerzo de trabajo con Köhler y los equipos de ambos se pusieron a trabajar para superar las diferencias, que se centran en el déficit fiscal que el organismo financiero estima que Argentina tendrá el próximo año.
"Hemos tenido una jornada de trabajo muy positiva, estamos trabajando duro y rápido", dijo. Por su parte, el FMI calificó las conversaciones de "buenas" y dijo que el equipo de Cavallo y la gerencia del Fondo trabajarán todo el fin de semana para llegar a un acuerdo sobre el impacto económico de las actuales políticas sobre la economía argentina hasta el año 2005.
Las conversaciones se enfocaron en las medidas adicionales para cerrar la brecha fiscal que el FMI estima que Argentina tendrá en el 2002 y los próximos años. El ministro enfatizó que Argentina no discute con el FMI posibles modificaciones al régimen cambiario.
Cavallo dijo que el organismo estuvo de acuerdo en que los controles de cambio y bancarios introducidos el pasado fin de semana fueron necesarios, y prometió levantarlos lo antes posible. Su regreso está previsto para mañana, pero en Washington quedará el viceministro, Daniel Marx, trabajando junto al equipo del Fondo.

Tensas negociaciones
El organismo dijo en un comunicado que Köhler analizó con Cavallo las razones por las que se suspendió el desembolso pero no especificó cuáles fueron.
"Acordaron que sus equipos trabajarán el fin de semana para tratar de alcanzar un acuerdo sobre las implicaciones económicas de la actual política para los años 2002-2005, con el fin de crear la base para que Argentina desarrolle un programa sustentable", dijo el portavoz del Fondo, David Hawley.
Antes de embarcar el jueves por la noche a Washington, Cavallo había repetido que era "impensable" una depreciación del peso. Pero la incertidumbre continuó ayer en el país y, junto a la resurrección de los arbolitos, el dólar se disparó a niveles que llegaron a 1,30 en algunas transacciones.
La relación entre Argentina y el FMI se acabó abruptamente el miércoles, cuando el organismo canceló el desembolso con el que el Ministerio de Economía contaba para afrontar los vencimientos de deuda de diciembre.
En las gestiones para descongelar la relación y permitir, al menos, retomar el diálogo, influyó la presión del Departamento del Tesoro de Estados Unidos. El segundo de esa dependencia, John Taylor, dijo que esperaba que el FMI y Argentina pudieran alcanzar un acuerdo.
"En este momento, Argentina está trabajando con el FMI para ver cómo pueden continuar con sus negociaciones sobre la deuda, y es bueno que estén trabajando con el FMI sobre eso", dijo Taylor ante la prensa en París.
El funcionario, quien estaba reunido con colegas de otros países en la sede de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde), dijo que la solución para Argentina debe incluir un grupo de políticas que garanticen un crecimiento económico sostenido.
El ministro del Interior, Ramón Mestre, dijo ayer que el organismo quiere hechos y no palabras y sus "exigencias" están dirigidas "fundamentalmente a la aprobación del presupuesto 2002".
La exigencia del FMI de una rápida aprobación del presupuesto para el 2002 que mantenga la promesa del gobierno de eliminar el déficit fiscal pone al gobierno otra vez en la incómoda posición de buscar apoyo de la oposición.
Los que decidan respaldar al gobierno para la aprobación del presupuesto 2002 se encontrarán avalando una norma que propone un duro recorte del gasto primario, de 3.800 millones de dólares, que implicaría recortes en programas sociales y de educación.
El gobernador Carlos Ruckauf se negó a responder si respaldará o no el proyecto de presupuesto que propone el gobierno. Mestre aclaró que otra de las exigencias del FMI es la aprobación de una nueva ley de reparto de impuestos federales entre las provincias que permita un ahorro al gobierno federal y flexibilice los montos a transferir según la recaudación fiscal de cada mes.



Cavallo permanecerá en Washington hasta mañana.
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