Independiente estrenó anoche técnicos (Ricardo Bochini-Néstor Clausen) y dibujo táctico (tres defensores y tres delanteros) y le ganó al cada vez más comprometido Nueva Chicago (de nuevo quedó en zona de descenso) 1-0 en el estadio de la Doble Visera. Es sabido que lo mejor de Independiente se halla en su ataque y por esa virtud el gol llegó pronto, a los 8 minutos, producto de un desborde de Matías Vuoso por la izquierda y un cabezazo de Andrés Silvera con el cuerpo lanzado hacia adelante. Este triunfo le permitió a Independiente ubicarse en el quinto puesto del torneo, pero a once puntos del otro grande de Avellaneda, el casi campeón Racing. En cambio, Chicago quedó con el penúltimo promedio y por debajo sólo tiene a Banfield, precisamente el otro participante que regresó esta temporada a primera. Lo más interesante se vio en el primer cuarto de hora porque los dos equipos estrenaron esquemas, salieron con tres en el fondo y ambos cometieron errores, pero el local fue el único que sacó provecho. Por el lado de Chicago, dejó muchos espacios en el fondo y como Independiente jugó con tres de punta hubo tres contra tres y eso les creó muchos problemas a los de Mataderos, además de la inseguridad que por entonces se notaba en Walter Cáceres. Lo de Independiente fue desprolijo en defensa y a los jugadores que tiene en ese sector se los notó apurados. Al promediar esa primera etapa, Chicago hizo bajar a Facundo Arguello y así se rearmó con cuatro atrás. A partir de esa variante el primer período se tornó sin llegadas hasta las zonas protegidas por Ariel Rocha y Cubito Cáceres. Chicago tuvo algo más la pelota, pero Independiente salió más rápido por intermedio de Pablo Guiñazú y Leonardo Pekarnik. En el segundo tiempo al principio pasó muy poco, aunque un tiro de Guiñazú pegó en el travesaño. Con el ingreso de Livio Prieto el anfitrión recurrió a un enganche y se reorganizó con dos puntas. En el último tramo del partido Independiente fue más claro y profundo y estableció con mayor nitidez la diferencia en el juego. Unas 8 mil personas vieron como Bochini y Clausen empezaron con un triunfo, mientras sus compañeros en México '86, José Luis Brown y Héctor Enrique, arrancaron con complicaciones al frente de un equipo que lucha por la permanencia en la categoría.
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