Argentina quedó conectada esta semana a Internet 2, una segunda era de la red que vuelve a diferenciar la conexión masiva y comercial de otra académica de alta velocidad con fines científicos. La Universidad Tecnológica Nacional (UTN) y la Universidad Nacional del Litoral fueron los primeros centros en conectarse, anunció Emma Pérez Ferreira, de la Red Teleinformática Académica (Retina).
Internet 2 retoma el espíritu de la primitiva red, nacida con el nombre de Arpanet en 1969 para unir las universidades de California, Stanford y Utah (Estados Unidos), y que en 1990 dio paso a la World Wide Web (www) que impera aún hoy.
En aquel 1990 una veintena de universidades y organismos públicos argentinos formaron su propia red, Retina. El mismo núcleo académico y científico impulsó Retina 2, para integrarse a Internet 2.
"Nos preocupó poner al alcance de nuestros científicos las mismas herramientas de sus colegas de países desarrollados", dijo Pérez Ferreira, alma mater del proyecto.
Los investigadores tendrán una palabra clave (password) para acceder a Internet 2, que mantendrá una relación de 2 a 1 entre usuarios y capacidad, contra 15 a 1 que "soportan" en el país los cibernautas clientes de servidores comerciales.
Retina 2 se conectará a una vía de 45 megabits por segundo (mbps), pero Internet 2 dispone regularmente hoy de un ancho de banda de 155 y en Europa se planea llegar hasta los 600 mbps.
La información fluirá por líneas de fibra óptica submarinas y terrestres, desde Buenos Aires, por Valparaíso (Chile) y Punta del Este (Uruguay), en un circuito sudamericano de 18 mil kilómetros que enlazará en Florida (EEUU) con el resto del mundo.
Retina 2 conectará a los investigadores argentinos con las redes académicas de alta velocidad de Estados Unidos y Europa y les permitirá transmitir y "bajar" imágenes, gráficos y datos con una rapidez envidiable, diez veces mayor que la actual.
El nodo Retina 2 se enlazará a Internet 2 a través de un "gigapop" o súpercomputadora de la Florida (Estados Unidos), dentro del más amplio proyecto Ampath, que multiplicó ya mil veces la potencia de las primeras redes académicas.
La Fundación Antorchas aportará financiamiento a la conexión durante dos años, para reequipar la oficina técnica local de Retina y los gastos operativos por dos años, que requiere unos 1,2 millones de pesos.
Sólo en Estados Unidos, el consorcio público sin fines de lucro Internet 2 recibe unos 80 millones de dólares por año de 180 universidades y otros 30 millones de 60 empresas de ese país para desarrollos del proyecto.
No reemplaza a Internet
"Internet 2 no es una red física separada y no reemplaza a Internet. Así como el correo electrónico y la web son legados de tempranas inversiones en redes académicas, así la herencia de Internet 2 expandirá las posibilidades de una más vasta red", explica el consorcio norteamericano.
La expectativa de los responsables de Retina 2 es que se autofinancie, como ocurrió con Retina 1, el primer proyecto de conexión de alta velocidad al que asistieron el Conicet y la Comisión Nacional de Energía Atómica (CN EA).
Los responsables de Retina 2 resumen las ventajas de la nueva conexión en estas cuatro: cambio en la calidad del servicio, ancho de banda mayor, bajo retardo (low latency, en inglés) y "multicasting".
Mientras por la Internet "común" los paquetes de información, como los de video, circulan con la misma prioridad, Internet 2 asegura prioridades y dejar libre la vía justo a tiempo, lo que mejora sensiblemente la calidad del servicio al investigador.
El ancho de banda, que pasa de megabits/segundo (millones de bits por segundo) a gigabits/segundo (mil millones), con la promesa futura de terabits/segundo (billones), reducirá el tiempo en que la información se transmite entre los científicos a cuestión de unos pocos milisegundos.
Internet 2 permite, por fin, transmitir una misma información en vivo a distintas personas a la vez pero por un mismo canal (en la común se usan tantos como destinatarios haya) y con protocolos de autenticación del origen de la información. (Télam).