Durante la reunión del martes con el presidente Fernando de la Rúa, los senadores electos Ramón Puerta y Juan Carlos Maqueda advirtieron durante toda su extensión la inconfundible presencia del miedo. A desgano el jefe del Estado, sin eufemismos Chrystian Colombo, les transmitieron la realidad en toda su crudeza: "Estamos atados a ustedes", dijo uno de ellos para expresar en una frase la fuerte sensación de final de un ciclo político. Palabras más o menos, varios senadores nacionales resumieron ante La Capital esa sensación de abatimiento que campea en el gobierno, jaqueado por una increíble seguidilla de errores políticos de sus principales figuras y que ahora parece expresar ya sin tapujos un agotamiento irreversible.
Desde ese día, en las pocas entrevistas periodísticas que concedió, Puerta fue muy preciso: "El peronismo es el garante de la vigencia de las instituciones". Quien a partir del lunes será presidente previsional del Senado, quiso resumir el sentir del peronismo. Fragmentado como está, no hará nada para apurar el final de De la Rúa. Pero si ese amargo desenlace es inevitable, como se insistía ayer en todos los ámbitos políticos, solamente en caso de renuncia Puerta ejecutará el remedio previsto por el sistema: convocar a la Asamblea Legislativa para resolver la sucesión presidencial.
Igualmente reaccionaron los gobernadores grandes (Reutemann, De la Sota y Ruckauf), con un respaldo cantado que nunca pierde de vista sus gestiones provinciales. Le hicieron saber al gobierno que podían contar con el apoyo de todo el poder parlamentario que los tres manejan en el Congreso nacional. De todos modos, una fuente inobjetable dijo que el gobernador santafesino se quejó de "algunas picardías" oficiales, en especial el incumplimiento del pacto que recientemente firmaron con el gobierno nacional y hasta les habría dicho con precisión la cifra en millones de dólares que le adeudan a Santa Fe.
La teoría del salvavidas
"Los bancamos pero no nos ahoguen", les aclaró De la Sota, mientras que el mensaje de Ruckauf fue similar en el pedido de asistencia, pero haciendo hincapié en la diferencia odiosa que significa que los empleados estatales nacionales cobren en pesos y los agentes provinciales en bonos.
El más novedoso actor de la interna justicialista, el Frente Federal Solidario de las provincias chicas, se reunirá desde hoy y hasta mañana en Misiones para celebrar "una reunión política" en la que analizará el futuro inmediato. Ayer, mientras las versiones sobre la renuncia de Cavallo arrasaban las redacciones, el salteño Juan Carlos Romero ponía paños fríos. "Recién hablé con Puerta y transmitió tranquilidad", dijo telefónicamente a La Capital.
También los bloques parlamentarios se movieron ayer para ponerle límites al gobierno en algunos rubros (como evitar el default mediante el uso de las reservas del Banco Central) pero sin asfixiar al Ejecutivo. Todos los senadores y diputados peronistas que participaron del prolongado encuentro de ayer en el Congreso, negaron enfáticamente que se hubiera tratado un proyecto de ley de acefalía.
Sabedores de la responsabilidad que cargan sobre sus espaldas, los diputados peronistas apoyaron una iniciativa de José María Díaz Bancalari y Humberto Roggero y el miércoles próximo, en una quinta de Ingeniero Maschwitz, protagonizarán una especie de retiro espiritual los 118 legisladores. El objetivo es que de allí aparezcan respuestas específicas para la crisis que cuenten con el aval de todas las corrientes internas del PJ.
La conducción del PJ en el Senado fue invitada y anticipó que participará del encuentro, al que en una segunda etapa se agregarán los catorce gobernadores justicialistas. Se trata de la primera iniciativa destinada a darle al peronismo una voz unívoca, institucional, al menos para enfrentar la coyuntura. La confrontación interna, inevitable, vendrá después.