Año CXXXV
 Nº 49.323
Rosario,
viernes  07 de
diciembre de 2001
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Apresan a una pareja por abusos y violaciones reiteradas a una menor
La chica fue atacada durante seis años por su padrastro

Una joven de 18 años denunció a su padrastro por haberla violado sistemáticamente desde que tenía 12. La muchacha tuvo tres embarazos de esa relación forzada, aunque ninguno llegó a término. El hombre la obligaba, además, a realizar tareas serviles dentro y fuera de la casa. Ayer, el abusador y la madre de la chica quedaron detenidos y hoy deberán declarar en tribunales.
La joven pudo contar su historia a partir del aliento de un matrimonio conocido, con el que ahora vive. También contó con el apoyo de vecinos que cotidianamente veían cómo el hombre la obligaba a atenderlo y a realizar trabajos en medio de un constante maltrato. Los testimonios de algunos de ellos forman ahora parte del expediente que se tramita en el juzgado de Instrucción de la 13ª nominación, a cargo de Osvaldo Barbero.
La madre de la denunciante tiene 33 años y tuvo otros nueve hijos con el hombre. Los chicos también son víctimas de golpizas, aunque aún así las diferencias con su media hermana son asombrosas para los vecinos, según lo que contaron al personal del Centro de atención a la víctima de delitos sexuales.
La titular, Mariel Arévalo, señaló que la denunciante padece un retraso en su desarrollo físico y psíquico a causa de la situaciones de sometimiento que padeció los últimos años.
De acuerdo a la investigación, el hombre le pidió a su pareja que le entregara a la hija cuando la joven tenía 12 años. Y la mujer no lo evitó. Así, la chica acompañó a su padrastro a hacer changas de albañilería, aprendió a levantar paredes y emparejar terrenos. También debía hacerle masajes cuando el hombre estaba cansado.
A los 15 años, la joven tuvo su primer embarazo, que perdió de modo natural. Los dos años siguientes también enfrentó dos procesos de gestación que abortó naturalmente. Los datos sobre los embarazos figuran en las historias clínicas que quedaron archivadas en la Maternidad Martin y el Hospital Centenario.
Los hijos de la pareja, en cambio, eran enviados a pedir dinero en el barrio, o en frutas y verduras en el mercado de productores, que después los padres vendían para comprar alcohol, en la mayoría de los casos. También ellos fueron víctimas de golpizas, aunque al parecer, no fueron abusados sexualmente.
Actualmente la joven está domiciliada en la casa de un matrimonio conocido que la contuvo y alentó para pedir la intervención de la justicia.


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