Jerusalén. - Un nuevo ataque suicida llevó ayer a los israelíes a imponer un ultimátum de doce horas para que la Autoridad Nacional Palestina arreste a activistas de Hamas y la Jihad Islámica, implicados en atentados antiisraelíes. El vocero del Ministerio de Defensa, Yarden Vatikay, dijo que el ejército suspendió por tiempo indefinido sus operaciones contra objetivos de la ANP en Gaza y Cisjordania "para ver que hace Yasser Arafat y si toma en serio las exigencias de todo el mundo", de detener a los responsables de los atentados. Pero la imposición israelí fue tajantemente rechazada por las autoridades palestinas, que reclamaron garantías sobre el cese de hostilidades en los territorios ocupados. "Rechazamos los mandatos y amenazas israelíes", afirmó el jefe negociador palestino Saeb Erekat, para agregar: "Lo que el mundo entero necesita ya es encontrar un mecanismo de compromisos hacia la implementación de las recomendaciones" de paz. Según lo planteado por Israel, durante el lapso del ultimátum, sus fuerzas se abstendrían de realizar ataques en los territorios ocupados. "Cómo es que Israel nos pone un ultimátum y nos pide que arrestemos a los activistas, mientras no existen garantías de que sus aviones de combate F-16 y helicópteros no bombardearán con misiles las instalaciones de la ANP", señaló al respecto otro alto funcionario palestino que solicitó no ser identificado. Luego de una conversación telefónica entre Arafat y el canciller israelí, Shimon Peres, el primer ministro de Israel Ariel Sharon decidió imponer a la Autoridad Nacional Palestina (ANP) las siguientes cinco condiciones: un proceso "serio" de arresto de los activistas vinculados a atentados, el desarme de Hamas y de la Jihad islámica, la recolección y posterior destrucción de las armas ilegales, la prevención de nuevos ataques en Israel y el poner fin a la incitación a perpetrar atentados. El gobierno de Israel pudo reaccionar en forma unificada al nuevo ataque palestino, luego de haber superado su última crisis de gobierno, con la decisión de Peres de mantenerse en el cargo. El canciller y otros miembros del gabinete laborista se habían retirado anticipadamente en forma de protesta de una reunión realizada en la noche del lunes, en la que se declaró que la ANP es una entidad que apoya al terrorismo. Peres consideró que esa declaración -de hecho- excluye a la ANP de cualquier negociación de paz y deja a Israel sólo con el poder militar para solucionar la violencia en la región y "sin esperanza política". Pero la dura declaración del gabinete sobrevenía al término de un sangriento fin de semana, con un total de 26 muertos del lado israelí por ataques palestinos. La violencia perduró ayer con un atentado suicida, que dejó un saldo de ocho israelíes levemente heridos. Un dispositivo ajustado al cuerpo del atacante explotó cuando éste cruzaba la calle del antiguo hotel Hilton, lanzando fragmentos humanos, clavos y metralla que causaron pocos estragos. Según la radio israelí, en el momento de la explosión, en la que se inmoló el atacante, se encontraban en el edificio el alcalde de la ciudad, Ehud Olmert, y tres ministros israelíes. El ataque fue reivindicado por las Brigadas Jerusalén, ala militar de la Jihad Islámica, en un comunicado enviado a las agencias de noticias occidentales en Beirut. El presidente George W. Bush, al criticar los ataques de palestinos suicidas en Israel, reiteró que el líder palestino debe encontrar la manera de controlar y detener a los grupos militantes. A su vez, el presidente egipcio, Hosni Mubarak, pretende mandar en los próximos días a un enviado a Israel para persuadir a Sharon de que se abstenga de realizar más ataques contra la ANP, informó la prensa israelí. Según esta fuente, Arafat aseguró en una conversación telefónica con Mubarak que los israelíes intentan matarlo. La situación causó alarma no sólo en Egipto, sino también en amplios sectores de la comunidad internacional. En el marco de Conferencia sobre la IV Convención de Ginebra, representantes de 114 países, entre ellos los miembros de la Unión Europea, exigieron ayer a israelíes y palestinos que pongan fin a la brutalidad y la violencia que se emplea contra la población civil. En el comunicado final, Israel fue definido como potencia de ocupación y los asentamientos judíos en los territorios palestinos como ilegales. Israel y EEUU boicotearon la reunión. En la misma línea, el responsable de política exterior y seguridad común de la UE, el español Javier Solana, remarcó: "Está claro que Arafat debe poner fin a los ataques terroristas", pero "yo personalmente no lo veo como un terrorista".(DPA, Reuters y Télam)
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