Mariano Bereznicki
El vacío lo invade. El dolor lo acosa. No es fácil seguir adelante cuando se pierde de un día para el otro a un hermano, a un compinche. Pero la fuerza de voluntad que denota Luciano Figueroa es impresionante. Porque cuando se menciona al desaparecido Martín, si bien sus ojos comienzan a brillar y los recuerdos vienen a la memoria, enseguida infla el pecho y afronta la cruel realidad. Pero el ahora máximo goleador de la flamante 4ª campeona canalla y rey absoluto en la historia auriazul de las inferiores de AFA sabe que cuenta con mucha gente a su alrededor que siempre lo estará apoyando. Y el rubio artillero, en este sentido, la tiene clara. Porque en el último partido, ante Huracán, con vuelta olímpica incluida, metió tres tantos. Lo que demuestra que más allá de que el destino le jugó una mala pasada a toda su familia, él saldrá adelante porque desde algún lugar del cielo habrá una persona que también estará haciendo fuerzas para revertir este magro momento.
-¿Qué fue lo primero que se te cruzó por la cabeza cuando estabas por salir a la cancha?
-En que mi hermano me iba a estar mirando y alentando desde el cielo. Sabía que tenía que entrar a la cancha, dejar todo y tratar de convertir algún gol para dedicárselo a él.
-¿Y cuando convertiste el primero de los tres goles que le hiciste a Huracán?
-Miré hacia arriba, pensé en Martín y en toda mi familia.
-Si bien no estabas bien anímicamente, jugaste un muy buen partido.
-No sé si jugué muy bien, pero sentía que estaba obligado a brindarme por el equipo, que también estaba muy golpeado por lo que había pasado.
-Además, estaba toda tu familia en la tribuna para apoyarte.
-Gracias a Dios los tuve cerca. Es más, vinieron a verme hasta algunos tíos que nunca antes lo habían hecho.
-¿Este título que acabás de lograr con la 4ª de AFA lo tomás como un estímulo para tratar de salir a adelante?
-Sí, ni hablar. Pero en primer lugar quiero compartir este logro con mi familia. Además siento que mi hermano me está brindando su aliento para que yo pueda salir para adelante.
-¿Te dijeron algo Galloni y Settecase cuando terminó el partido?
-Me hablaron, no sólo cuando terminó el encuentro, sino en todo momento. Me brindaron y demostraron mucha comprensión.
-¿Y con Daniel Teglia pudiste hablar?
-Sí. Y lo hizo como siempre, es decir muy bien. Me pidió que intentara olvidarme un rato y me metiera de lleno en el partido, y que tratara de hacer algún gol para compartirlo con mi hermano Martín.
-Hubo mucha gente de Central que desde afuera hacía fuerzas para que las cosas te salieran bien. ¿Lo pudiste notar?
-Sí, sentía que cuando perdía una pelota o me erraba alguna posibilidad de gol, enseguida bajaban los aplausos y se escuchaba el aliento. Me vino muy bien ese apoyo. Me daba más ánimo para correr y ayudar a mis compañeros a ganar el partido.
-¿De ahora en más cuando conviertas un gol lo vas a festejar mirando al cielo, como lo hiciste ante Huracán?
-Sí, ni hablar. Cada vez que haga uno, voy a mirar hacia arriba y lo festejaré con él. También voy a hacer un gesto con la mano en la nariz, haciendo referencia a mi viejo.
-El torneo ya culminó y te diste el gusto de obtener un título, ¿ahora cuáles serán los próximos pasos u objetivos a seguir?
-Seguir entrenándome a full con el plantel profesional y tratar de estar bien por si se me presenta la posibilidad de jugar en primera.
-¿Qué recuerdos guardás de tu hermano Martín?
-Los mejores. Eramos muy compinches, siempre estábamos juntos. Cuando jugaba, me iba a ver siempre. Compartíamos muchas cosas. El siempre me decía que, junto con mi viejo, éramos sus ídolos. Y ahora que ya no está, siento un dolor inmenso dentro mío.
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La Ciudad
