"Monsters, Inc." es la nueva película de los creadores de "Toy Story". Este dato basta para interesar a los espectadores pero a ello se suma el hecho de estrenar una semana después de la presentación en la Argentina de "Harry Potter y la piedra filosofal", el filme que rompe récords en casi todo el mundo. "Monsters" tendrá que dar una dura batalla y para ello cuenta con la calidad y una gran ayuda: entradas a dos pesos durante la primera semana de exhibición.
"Toy Story" marcó un antes y un después en la animación por computadora. Los responsables del logro fueron los estudios Pixar, asociados a la tradicional compañía Disney. Con la dirección de John Lasseter, el filme presentó una historia original y creó a dos personajes que se ganaron un lugar en el corazón de los chicos. El vaquero Woody y el astronauta Buzz fueron el resultado de años de trabajo y del riesgo de hacer en forma total una película a través de la animación computada. Después vendrían muchas, pero al lujo de ser la primera "Toy Story" le agregaba el hecho de contar un buen relato, donde la amistad y el respeto por las diferencias era expresado sin golpes bajos.
En "Monsters" se vuelve a trabajar a partir de un guión original, que trata de hallarles una vuelta de tuerca a los lugares comunes que dominan las miradas sobre la infancia. Si en "Toy Story" se trató de mostrar cómo era la vida de los juguetes cuando los chicos no estaban en su cuarto, en "Monsters" la idea es ver el otro lado de los temores infantiles, en este caso, el miedo a los monstruos que, según es tradición, los chicos suelen ver en sus pesadillas o en los momentos previos al sueño, cuando papá o mamá se han alejado del dormitorio de los pequeños.
El arte de ser un monstruo
En "Monsters" los monstruos ponen al descubierto su verdadera condición. Son una civilización amenazada por la falta de recursos energéticos y toda su cultura se puede derrumbar si no consiguen fuentes renovables. El origen de la energía son los gritos de los niños humanos. Pero en los tiempos que corren, como ya lo preanunciaba "El fantasma de Canterville", de Oscar Wilde, los chicos no se asustan de nada.
Aunque no se lo dice literalmente en el filme, la violencia de los tiempos que corren y el gusto de los pequeños por las historias de terror les han quitado a los monstruos tradicionales mucho de su público. En vez de provocar el terror, los adefesios dejan indiferentes a sus víctimas, o peor aún, pueden irritarlas y recibir una golpiza inolvidable. Y, por supuesto, los monstruos tienen terror deque un niño los toque, ya que los consideran tóxicos para su salud.
Ese es el estado de cosa en Monstrópolis, la ciudad donde viven las bizarras criaturas que otrora se daban el lujo de asustar a cuanto niño se cruzase en su camino. Es decir, están al borde de la catástrofe. Todo se hubiese derrumbado de no ser por un grupo de monstruos fabulosos que aún saben cómo asustar y consiguen los suficientes gritos como para abastecer de energía a la ciudad.
En la búsqueda de una salida, el monstruo James Sullivan descubrirá que los niños no son todo lo que se dice de ellos, y tendrá que hacerse cargo de una pequeña de unos dos años que aparece en Monstrópolis al parecer por un error. Sullivan, cuya apariencia no es precisamente tranquilizadora, se ganará una admiradora pero tendrá que hacer de todo para evitar que la niña sea eliminada del mundo de los monstruos. En sus intentos por salvar a la criatura humana descubrirá que en la ciudad un plan siniestro que atenta contra la dignidad de los asustadores.
Años de preparación
Si el tiempo invertido en hacer una película garantiza el éxito de ésta, Disney y Pixar no tienen de que preocuparse. "Monsters" tardó cerca de cuatro años en realizarse y seis en caso de contarse el nacimiento de la idea.
En 1995, al terminar de trabajar como supervisor de "Toy Story", Pete Docter empezó a pensar en un proyecto para una película propia. Entre las ideas que le aparecieron había una referida a los monstruos y los sustos nocturnos que se llevan los niños al imaginárselos.
A partir de esa intuición Docter se propuso seguir adelante. El segundo paso en la creación fue decidir que mostraría a los monstruos viviendo en su propio mundo. Para exponerlos en la intimidad, Docter pensó en la historia de un hombre de unos treinta años que veía monstruos a los que nadie más podía ver.
Las visiones del hombre representaban sus miedos infantiles, que él no había podido vencer. Sin embargo, la idea cambio y Docter probó con un niño de entre 8 y 12 años. Pero esa tampoco era la versión definitiva.
Finalmente se llegó a la conclusión de que el niño sería niña y tendría cerca de dos años. Además no sería la figura central sino la coestrella de la película. El protagónico debía ser, si se trataba de una película sobre monstruos, para una de esas criaturas horribles que suelen aparecer por la noche.
El monstruo elegido para el papel central se llamaría Sulley. Primero se lo pensó como un empleado de limpieza, un tipo sin suerte y al que nadie presta atención. Después la idea pasó al otro extremo: Sulley sería una superestrella. En Monstrópolis esa condición sólo la podría ostentar un Asustador, es decir, un monstruo capaz de sacarle a un niño largos gritos de terror y, por tanto, gran cantidad de energía para la ciudad. Porque Monstrópolis es igual a la más luminosa de la urbes norteamericanas.
La razón del miedo
En el proceso de creación el equipo de Pixar tuvo que encontrar, para darle coherencia al filme, las razones por las que un monstruo asusta a los niños. La primera razón que surgió en la búsqueda fue la diversión. Los monstruos asustaban por puro aburrimiento, y un niño aterrado era para ellos una gran fuente de diversión.
La idea era interesante pero no le daba a la película el dramatismo que quería el realizador. Entonces la búsqueda de motivos continuó y se llegó a la idea que hoy puede verse en "Monsters": los adefesios asustan por negocio y necesidad. Los protagonistas del filme trabajan para una usina que vende energía y si ésta quiebra la ciudad quedará sin luz, reduciéndolos a una vida miserable. En fin, gente corriente, al borde de un colapso todo el tiempo, más o menos como en la Argentina de los últimos tiempos.
Sin embargo, para que nadie crea que esta película de Disney y Pixar es para asustarse o deprimirse, los realizadores aclararon: "La gente piensa en los monstruos como bestias realmente aterradoras, desgreñadas y babosas. Pero en nuestra película son individuos normales. Entran y salen de su trabajo, hablan de comidas y de cuestiones sindicales. Se preocupan por cosas como tener dientes bonitos o conquistar a una chica. Asustar a los niños es únicamente su trabajo".
Lo bueno es que por dos pesos se puede probar suerte con "Monsters, Inc.", por más que a Harry Potter le fastidie que le salgan a competir a un costo tan accesible.