El legendario boxeador Muhammad Alí prendió ayer la antorcha olímpica con sus manos temblorosas por el mal de Parkinson, durante una ceremonia en Atlanta, ciudad a la que llegó el fuego sagrado procedente de Grecia. Alí, quien encendió el pebetero de los Juegos Olímpicos de Verano de Atlanta en 1996, pasó la antorcha a la patinadora artística Peggy Fleming, quien cubrió el primer tramo, que tiene como destino final Salt Lake City, sede de la olimpíada invernal a partir del 8 de febrero de 2002. Por haber sido sede de los últimos Juegos Olímpicos en territorio estadounidense, Atlanta recibió el honor de ser el sitio donde se inició el recorrido. El fuego olímpico fue encendido con los rayos del sol en la ciudad griega de Olimpia, donde se iniciaron los Juegos hace 3.000 años, para luego viajar a territorio estadounidense.