Thomas Burmeister
El zumbido de los altavoces casi se tragaba la voz que Walt Disney le prestaba a su personaje principal. Pero a pesar de ello el estreno de "Steamboat Willy" en 1928 en Nueva York significó el renacimiento cinematográfico de los dibujos animados, entonces en visible decadencia. Para Walter Elias Disney, que hoy hubiera cumplido cien años, esa primera película sonora con Mickey Mouse -creada tras años de duro trabajo, muchas veces al borde de la ruina total- le significó fama mundial. Es por eso que tiempo después aseguró que amaba más al ratón que "a cualquier mujer". Luego de Mickey surgieron una tras otra numerosas figuras de un mundo que al principio estaba poblado sobre todo por animales graciosos: los perros Goofy y Pluto, los tres cerditos, los patos Donald y Dagoberto o el elefante Dumbo. Es difícil de creer que todos fueron creados cuando las abuelas y abuelos de muchos de sus actuales fans aún estaban en pañales. Y Disney también tiene mucha responsabilidad en el éxito que aún hoy tienen viejísimas figuras de los cuentos de hadas, que el hijo de un carpintero canadiense-irlandés y de un ama de casa de origen alemán que creció en el medio oeste de Estados Unidos supo rescatar del olvido. El consorcio multimedia, que aún hoy sigue usando como logo la firma artística creada por su fundador, acaba de reeditar por ejemplo "Blancanieves y los siete enanitos" en formato DVD. El filme fue en 1937 otro hito en la carrera de Disney, así como en la historia del cine: la primera cinta de dibujos animados que cubría una sesión completa de cine, y además hecha en color. Disney trabajó con orgullo en el proyecto, ignoró todas las advertencias de que sería un fracaso y apostó casi todo su dinero en la producción. Una influencia indirecta en el éxito de Disney la tuvo Alemania, patria de los hermanos Grimm. Poco después del debut de Mickey aparecieron allí muñecos del ratón, un negocio pirata que el empresario cortó con una demanda. Entonces comenzó a crear sus propios productos, que le aportaron más fondos para perfeccionar la técnica de los dibujos animados. "No hago películas para ganar dinero, sino que gano dinero para hacer mejores películas", era su lema. Tres años después se atrevió a hacer otro experimento. En la película "Fantasía animada" combinó los dibujos con melodías de compositores clásicos. Luego de la Segunda Guerra Mundial, que pasó como conductor de ambulancia en Francia, este amante de los animales amplió su paleta de opciones con filmes sobre la naturaleza. El hecho de que "humanizara" a los animales en sus producciones fue bien recibido, pero con el tiempo fue criticado y se dijo que era de mal gusto. Disney descubrió la televisión muy pronto, cuando la mayoría aún la consideraba un juguete utópico, y en los años 50 aparecía en persona en la pantalla cada semana encarnando a un simpático contador de cuentos. En ese medio crearía, entre otros, "El Zorro", con Guy Williams en el papel protagónico, una serie que hasta el día de hoy cada tanto se repone en los canales. Cuando murió en 1966 como consecuencia de una operación de pulmón, en su armario se apilaban al menos 32 Oscar y había producido 400 cortos y 22 largometrajes de dibujos animados, así como decenas de películas. Siempre reconoció que era un estupendo organizador pero un artista mediocre. Aunque se había desempeñado como caricaturista de publicidades, y su fama procedía de su pluma. El ratón fue creado en el papel y el celuloide por su amigo y socio Ub Iwerks, aunque la idea era de Disney y se le había ocurrido durante un viaje en tren, como contrafigura del entonces popular gato Félix. Los trenes jugaron un papel muy importante en la vida de Disney. Con 15 años se ganaba la vida como vendedor de golosinas en el tren, trabajo con el que recorrió medio Estados Unidos y aprendió los gustos de la gente sencilla. Cuando a principios de los 50 se propuso crear "el paraíso sobre la Tierra" con Disneylandia en California, su deseo fue que estuviera rodeado de las vías de un tren. Y lo que él quería era ley en su mundo, todo pasaba por su control, nada era casualidad. Detrás del ícono del entretenimiento familiar desaparecían las individualidades de hordas de dibujantes. "El mayor logro de Disney -resumió su biógrafo Richard Schickel- es Walt Disney". El "fabricante, productor y distribuidor más exitoso de mitos", tal como lo calificó la revista Newsweek, no pudo contemplar la inauguración de la segunda tierra de los sueños en Orlando, Florida. Pero a pesar de ello fue construida de acuerdo a sus estrictas indicaciones. Con el mismo "estilo Disney" surgieron parques de atracciones similares en París y Tokio, con el ratón Mickey como el símbolo de un Estados Unidos azucarado. El más nuevo se está construyendo ahora en Hong Kong. Ya desde octubre y hasta mediados del año próximo se celebrará en todas las Disneylandias "100 Años de Magia". En Orlando todo ocurre alrededor de un sombrero azul de mago que el ratón Mickey llevaba puesto en "Fantasía": solamente que la copia tiene la altura de un edificio de doce pisos. Mientras tanto las películas y el entretenimiento de Disney continúan tan vigentes como en los primeros años, cuando a Walt lo llamaban el "loco de Hollywood".
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