Un intento de evasión en Santa Fe derivó en un incendio: trece presos quemados

Ocurrió en la alcaidía de la URI. Tras ser descubiertos, los reclusos prendieron fuego a los colchones

Trece detenidos en la alcaidía de la Unidad Regional I de policía, con asiento en Santa Fe, resultaron con quemaduras leves cuando quemaron colchones dentro de las celdas. El siniestro se produjo después que los reclusos fueran descubiertos por la guardia en momentos que realizaban un boquete para evadirse. Poco después del hecho, desatado la madrugada de ayer, el juez de Instrucción José María Porta, ordenó el traslado de 20 presos a la cárcel de Coronda y de otros 13 a la Unidad Penitenciaria de Las Flores.
Voceros policiales indicaron que todo se inició en el pabellón número 2 de la alcaidía ubicada en pleno centro de la ciudad de Santa Fe cuando fueron detectados "movimientos y ruidos extraños" provocados por los 30 presos alojados en las celdas, muchos de ellos acusados por homicidios y delitos federales.
Entonces, los agentes iniciaron una requisa que comenzó en el pabellón 1 y continuó en el 2, donde precisamente se estaba preparando la evasión a través de un boquete que los reclusos estaban realizando en una pared lindera con la sección Logística de la Jefatura.
Pero cuando detectaron la presencia de los policías, los presos reaccionaron en forma inmediata: bloquearon el ingreso al pabellón con colchones que fueron quemados en el mismo momento en que los agentes intentaron ingresar.
Cuando las llamas estaban a punto de extenderse a otras celdas, los bomberos llegaron al presidio y sofocaron con rapidez el fuego. Entonces, los efectivos se encontraron con un boquete en la pared de entre 40 y 50 centímetros de diámetro que daba a la calle y por el que los internos pensaban fugarse. "Los bomberos llegaron rápido, porque el cuartel está a media cuadra de la alcaidía", explicó una fuente policial consultada.

Pudo ser una tragedia
En tanto, el subjefe de la Unidad Regional I, comisario Osvaldo Miranda, explicó que el rápido arribo de los bomberos evitó que el suceso se convirtiera en una tragedia y permitió que no hubiera ninguna víctima fatal, aunque reconoció que 12 internos resultaron con quemaduras leves mientras que otro preso, identificado como Mauro Carrizo, acusado por robo a mano armada, fue internado en la sala de quemados del Hospital José María Cullen en estado delicado.
El hecho reactualizó la trágica muerte de trece detenidos ocurrida hace 2 años en la seccional 25ª de Pueblo Nuevo, en Villa Gobernador Gálvez, donde los detenidos también quemaron los inflamables colchones de poliuretano y los bomberos fueron llamados demasiado tarde para controlar las llamas.
Además, puso de manifiesto el hacinamiento que deben sufrir los presos ya que los lugares de alojamiento están saturados y su capacidad desbordada. Y para fundamentar esta situación, las autoridades policiales indicaron que la alcaidía de la capital provincial tiene una capacidad para alojar 80 internos y en el momento en que se registró el intento de fuga había en el lugar 187.