Cuando el matrimonio subió a su auto después de estar unos 20 minutos en el casamiento de una conocida descubrió que le faltaban las llaves de la casa y el carné de conducir de la mujer, donde figura el domicilio. Entonces fueron directamente a su vivienda y encontraron todo revuelto además de un importante faltante de dinero. Aseguran que los ladrones no estuvieron más de 10 minutos y, un día después del hecho, la pareja agradece haber llegado después de la partida de los asaltantes.
Miguel Angel Aime, de 60 años, y su esposa Nilda no superan la reacción de haber encontrado su casa revuelta y van descubriendo de a poco los elementos robados. Además del sueldo que el hombre había extraído la misma mañana del robo, les llevaron una compactera, un reloj pulsera y una cartera de mujer.
Aime recuerda que llegó al casamiento que se celebró en la iglesia Nuestra Señora de Lourdes a las 20.45 y dejó su auto estacionado en 3 de Febrero entre Pueyrredón y Santiago. A las 21.20 volvió junto a su esposa al vehículo y encontró la puerta violentada. Así descubrió que faltaban las llaves del garaje y el carné de la mujer e inmediatamente fueron hacia su casa.
"Vi que estaba prendida la luz de un cuartito y dudé en entrar, pero abrí", contó Aime. Ayer, el hombre agradecía no haberse encontrado en la casa con los ladrones. "No sé que podría haber pasado. Fue una inconciencia entrar", reflexionó.
Para el matrimonio, los ladrones sólo estuvieron en la casa unos 10 minutos. El hermano del hombre, que vive al lado, estuvo en la vereda hasta poco antes de que la pareja llegara y también había gente en la puerta de un gimnasio y una iglesia vecina, aunque nadie vio a los asaltantes.
Los ladrones se llevaron tarjetas de crédito y débito de la pareja, además del carné de conducir de la mujer y el dinero en efectivo. Algunos de los documentos los encontró una mujer ciruja a unas diez cuadras de la casa y los devolvió ayer mismo.
Aime indicó que los asaltantes se llevaron una buena cantidad de dinero, que podría haber sido más. "Se llevaron una parte del sueldo que había sacado a la mañana. Pero justo me habían bajado el límite para las extracciones, así que no se llevaron más de casualidad", dijo.
Dos antecedentes cercanos
El hecho que vivió la familia Aime tiene dos antecedentes calcados y cercanos en el tiempo. El 10 de junio pasado, Hugo Cossar decidió visitar el Museo Castagnino junto a su familia. Por ello salió junto a los suyos de la vivienda de Almafuerte 1276 a bordo de un Renault 19 que dejó estacionado en la esquina de Alvear y Montevideo.
Al retornar al auto el hombre comprobó que una de las puertas había sido violentada y faltaban del interior del coche la tarjeta verde y un manojo con las llaves de la casa. Cossar emprendió el retorno a su hogar y al llegar comprobó que la habían desvalijado.
En tanto, el domingo 21 de octubre Eduardo Gabriel Baudagna salió junto a su esposa y sus dos hijos de la casa que habitan en Pasco al 5600 con intenciones de pasar el Día de la Madre navegando por el río Paraná. Dejaron su Peugeot 504 en la playa de estacionamiento contigua al obrador del puente Rosario-Victoria y al regresar comprobó que le habían roto una puerta y le faltaban los documentos y el juego de llaves de la vivienda.
Al llegar a su hogar los Baudagna encontraron un cuadro desolador: les habían llevado una computadora, un centro musical, una pistola Bersa registrada a nombre del dueño de casa, 100 pesos en efectivo, alhajas y las mochilas escolares de los chicos.
La Ciudad
