"Estas no son medidas para perjudicar a nadie sino para proteger el conjunto de los ahorristas, que dependen de la estabilidad del sistema financiero". El ministro de Economía, Domingo Cavallo, justificó así la decisión de inmovilizar parcialmente los depósitos bancarios y reinstalar el control de movimiento de capitales, por primera vez desde la entrada en vigencia de la convertibilidad. El jefe del Palacio de Hacienda señaló que el decreto 1570, que instrumenta estas disposiciones, regirá hasta que finalice el canje global de deuda (aproximadamente unos 90 días) y se mostró confiado en que no habrá corrida cuando finalice ese período.
Luego de una jornada de marchas y contramarchas en el Palacio de Hacienda, el gobierno difundió el decreto que restringe las extracciones en efectivo desde todo tipo de cuenta bancaria a 250 pesos o dólares por semana y prohíbe las transferencias de divisas al exterior sin previa autorización del Banco Central, con excepción de las operaciones de comercio exterior y los consumos que se realicen con tarjeta de débito o crédito en el extranjero.
Contrariamente a lo que se había manejado el viernes por la noche, cuando se retiraron entre 400 y mil millones de dólares del sistema financiero, el decreto que entró en vigencia ayer no dolariza obligatoriamente los depósitos sino que habilita el cambio de moneda, a voluntad del ahorrista, sin necesidad de pagar comisión alguna.
Por otro lado, las entidades financieras no podrán ofrecer por nuevos depósitos a plazo en pesos tasas de interés superiores a las que se pagan por operaciones en dólares. Esta disposición no rige para las que colocaciones que se hayan pactado hasta el viernes pasado.
En cuanto a los créditos, los que se otorguen a partir del lunes deberán ser en dólares. Los que ya estén pactados en pesos podrán convertirse a dólares. Por encima de los mil pesos, el monto prestado deberá ser acreditado en cuenta.
El ministro de Economía aseguró que las medidas apuntan a frenar la fuga de depósitos y la fuga de capitales al exterior, y se esforzó en aclarar que no se trata de un congelamiento. "Más allá de la limitación transitoria para la extracción de billetes, la gente podrá utilizar perfectamente el dinero depositado en las entidades financieras a través de cheques o tarjetas de débito, con lo cual también podrá beneficiarse con el descuento del 5% sobre sus compras con dinero plástico en virtud del reintegro del IVA". El Estado, por su parte, "se beneficiará con el blanqueo de la economía y la mayor recaudación a la que induce la modernización del sistema de pagos en Argentina, donde el efectivo quedará sólo para las operaciones menores, como ocurre en los países más avanzados del mundo".
Todo con tarjeta
Para facilitar la utilización de la tarjeta de débito, el ministro informó que se firmó un convenio con los proveedores de equipos registradores, para incentivar su rápida incorporación por parte de los comercios. "La compra de las maquinitas se podrá deducir de impuestos por lo cual el comerciante saldrá ganando porque además podrá aprovechar el aumento del consumo que derivará de la posibilidad de que el cliente acceda al reintegro del IVA", dijo.
Por otro lado, el Banco Central instó a las entidades financieras a dar facilidades para la apertura de cajas de ahorro. El ministro señaló también que la autoridad monetaria fijaría comisiones máximas para la apertura de cuentas y operatorias con cheque, aunque esa medida no figura en la reglamentación emitida por el organismo. Cavallo recordó que "los que no quieran abrir cuentas podrán realizar sus pagos a través de los cheques cancelatorios que ya rigen para las operaciones superiores a los mil pesos".
Tras ratificar que se instrumentarán todas las medidas para que la gente pueda realizar sus pagos con la nueva modalidad sin problemas, señaló que, en el fondo, "no habrá tantos inconvenientes porque no son muchos los que tienen ingresos por más de mil pesos por mes".
El día después
Cavallo, que culminó la conferencia de prensa de forma abrupta tras discutir con una periodista, se encomendó a la confianza de los ahorristas cuando tuvo que responder la pregunta fatal: ¿quién asegura que finalizado el período de inmovilización parcial de depósitos no se produzca una estampida?. "No habrá fuga porque la gente se va a dar cuenta de que el sistema funciona", se limitó a decir.
Cavallo señaló que el gobierno seguirá trabajando para "recuperar la confianza de los argentinos", aunque admitió que "hasta ahora no lo hemos logrado", y ratificó la convertibilidad. "Si la gente le tiene más confianza al dólar que al peso, le permitimos que se pase al dólar sin costo alguno, pero no vamos a eliminar la moneda nacional por decreto". dijo.
El ministro aseguró que las medidas anunciadas ayer "no se tomaron por presiones de los bancos" y remarcó: "Lo que no se va a permitir es la fuga injustificada de capitales al exterior".
De esa forma, justificó la reimplantación del control del movimiento de capitales. Mediante este mecanismo, se prohiben las transferencias al exterior que no correspondan a operaciones de exportación o importación, o las consumos con tarjeta en el extranjero. Respecto de los movimientos para cancelar obligaciones financieras, requerirán la previa autorización del Banco Central. Más restrictiva es aún la posibilidad de sacar plata en efectivo del país. El tope es mil pesos. "Los que viajen no tendrán problemas porque podrán pagar con tarjeta", dijo Cavallo.
El gobierno anunció ayer las medidas luego de una semana de fuerte incertidumbre por el constante retiro de depósitos bancarios. En noviembre, la salida de fondos del sistema financiero superó los 2.500 millones de dólares. El viernes, con la presión de los ahorristas para hacerse de sus fondos y tasas de interés interbancaria que se dispararon a niveles de hasta el 900% anual, las cosas se precipitaron.
El impacto político
Mientras el ministro daba los últimos retoques al decreto con su equipo de colaboradores, el presidente Fernando de la Rúa y el resto de los integrantes del gabinete se atrincheraron en la Residencia de Olivos. Desde la oposición, el escepticismo o directamente el silencio, fue la tónica imperante. Con excepción del senador Eduardo Menem, que amenazó con la convocatoria a una asamblea legislativa para reemplazar al jefe del Estado y del jefe de la CGT disidente, Hugo Moyano, que prometió resistir las medidas. Economistas y empresarios, en tanto, se dividieron entre los que entendían que la inmovilización de los depósitos era la única alternativa para evitar el colapso del sistema y los que opinaron que ese escenario era precisamente el que se convalidaba con las medidas.