Esta vez estaba con jean, zapatillas de cuero y chaleco. Y tratando de equilibrar su bicicleta de paseo para no chocarla contra la de sus fieles seguidores, que en todo momento trataron de pedalear lo más cerca suyo posible. Pero el padre Ignacio se encargó de dejar conformes a todos los deportistas que participaron ayer de la bicicleteada, que partió a las 8 de la Parroquia Natividad del Señor y terminó a las 11 en el Parque Regional Sur. Hasta recibió -en un tramo del trayecto- la compañía del intendente Hermes Binner, quien se calzó las zapatillas y manejó su rodado, siempre pegado al sacerdote. Pedir trabajo y una "solución para los argentinos" fue el motivo que impulsó al padre Ignacio Peries a organizar la bicicleteada. Y la razón de hacerlo a través de este medio de transporte fue "darle importancia al deporte", según expresó el sacerdote. Por ser deportistas o demasiado fieles al padre, unos 300 ciclistas arrancaron temprano desde la parroquia ubicada en barrio Rucci. Ellos hicieron la primer parada en el Monumento a la Bandera, donde algunos abandonaron y muchos otros se sumaron para emprender el siguiente tramo. El caso de Elvira fue el de muchos. Salió desde Rucci y llegó al parque Sur: "Vengo de Fisherton, hago todo el recorrido y después vuelvo a casa. Pero estoy acostumbrada a hacer ejercicio", contó la mujer, que a pesar de sus 69 años mostró un estado físico saludable. Binner se vistió para la ocasión: chomba blanca, pantalón negro y zapatillas azules formaban el conjunto que eligió para el evento. Y se sumó en el Monumento: "Me sumo a mitad de camino, pero soy de andar en bici seguido", admitió el intendente, que reconoció haber puesto a punto su medio de transporte: "Le inflé un poco las gomas y le puse algo de aceite", bromeó. "¿Seguimos?", preguntó el padre a los ciclistas. Y después de recibir un unánime "si", la caravana de bicis siguió por avenida Belgrano, Circunvalación para llegar al Parque Regional Sur, junto al arroyo Saladillo, a un costado del futuro velódromo. Allí los esperaban aquellos que no se animaron a pedalear. Sin embargo, otros se sumaron en el trayecto: "Somos de Villa Gobernador Gálvez y este punto nos quedaba cómodo", relató Elizabeth, que llegó en una bici con dos asientos para sus hijos Facundo (2) y Lourdes (1). A las 10.30 estaban todos en el velódromo, eran más de 2.500 personas. En realidad, se ubicaron en una gruta enclavada en el parque, que el padre Ignacio se encargó de bendecir, como también al velódromo, que se inaugura pasado mañana. Binner aseguró a La Capital que volvería en su rodado, desafiando a aquellos que dudan en su estado físico.
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