La crisis del sector lleva a los industriales carroceros de la zona a aguzar el ingenio. La nueva iniciativa consiste en que a falta de ventas de ómnibus nuevos, bueno será reciclar los que actualmente están en circulación. De esta forma, se podrá poner en la calle vehículos que hoy por hoy significan un peligro para el tránsito y una incomodidad para los pasajeros. Además, los empresarios del transporte, obligados a renovar su flota por las exigencias que impone la legislación al respecto, podrían solucionar este problema a un costo sensiblemente menor.
Desde la Cámara de Carroceros de Omnibus de Larga Distancia (Caladi) -impulsora de la movida- se explicaron los detalles del proyecto que tiene dos partes: una apunta a los vehículos que hacen recorridos interurbanos, y la otra se dirige hacia las unidades del servicio urbano.
Pero, el proyecto implica una serie de reformas reglamentarias que deben operar los entes oficiales de fiscalización y contralor. Las reglamentaciones para el transporte, tanto de la provincia como del municipio de Rosario, deberían ser modificadas para que se admita la circulación de ómnibus que, si bien serían reciclados a nuevos, tienen más de diez años de antigüedad.
El titular de la Caladi, Raúl D'Alessandro, explicó que los objetivos del proyecto son "ampliar la vida útil de los ómnibus, la reconversión del parque móvil de las empresas y la modificación y reforma de las unidades".
Los industriales encontraron en la ley de Tránsito y Seguridad Vial (24.449) una puerta por donde hacer entrar a su proyecto. Esta norma establece que los ómnibus afectados al transporte público poseen una vida útil de diez años, pero en uno de sus artículos establece que la autoridad de aplicación podrá autorizar una mayor cantidad de años si el vehículo cumple con las condiciones de revisiones técnicas obligatorias autorizadas. Este punto se aplica desde hace tiempo en el transporte de cargas.
El directivo de la Caladi explicó la metodología de trabajo propuesta: "Los carroceros reparamos la unidad, la cual después es inspeccionada por la Dirección de Transporte de la provincia que expide una autorización al transportista para que circule".
Es preciso aclarar que este esquema permitiría la circulación del ómnibus sólo en territorio santafesino, ya que las provincias son las que tienen el poder de policía sobre el transporte. La intención es que Santa Fe obre como punta de lanza y se sumen a este mecanismo las provincias vecinas. "Lo ideal sería una norma a nivel nacional, pero si vamos a Buenos Aires no sale nunca", se lamentó el industrial.
Hasta el momento, los carroceros han mantenido reuniones con el secretario de Industria y el director de Transporte de la provincia, pero falta lo más importante: el visto bueno de Carlos Reutemann y la luz verde de la Legislatura.
Urbanos también
Esta idea de reciclar ómnibus también se pretende aplicar en el ámbito municipal. Hace pocos días la Intendencia dio por caída, hasta que vengan tiempos de vacas no tan flacas, la licitación del sistema de transporte urbano de pasajeros. Como todo rosarino sabe, la mayoría de las unidades están en un estado lamentable, pero los dueños de las empresas aseguran que no tienen plata para comprar nuevas. Es más, dicen que nadie les da crédito porque no saben por cuánto tiempo más serán los operadores.
En este sentido, los carroceros mantuvieron contactos con las secretarías de la Producción y la de Servicios Públicos de Rosario, pero el tema está bastante verde, por ahora.
La caída de la licitación del transporte fue otro duro golpe al sector carrocero que esperaba ser parte del proceso de renovación de unidades que se esperaba. Hasta habían construido un prototipo de piso bajo que fue exhibido en toda la ciudad y también presentado al intendente Hermes Binner.
Según el nuevo proyecto de los carroceros, las unidades usadas recibirían el siguiente tratamiento: \* Reparación integral de chapería y pintura completa.
* Ajuste de tapas y puertas.
* Cambio de los burletes y marcos de las ventanas.
* Cambio del revestimiento interior por materiales autorizados e ignífugos.
* Retapizado o cambio de asientos.
* Reacondicionamiento de todo el sistema de iluminación exterior, adecuándolo a la nueva Ley de Tránsito.
* Actualización de diseños de frentes, culatas y faroleras. Reparación de calefacción, ventilación forzada, limpiaparabrisas, etcétera.
D'Alessandro aseguró que también se contempla una revisión de todos los sistemas mecánicos como frenos, motor y dirección, todos los cuales deberán pasar por una verificación técnica obligatoria a cargo de la Dirección de Transporte.
El financiamiento
El problema argentino para todo negocio es el financiamiento. Desde la Caladi tienen dos ideas: a nivel provincial existe un mecanismo de tasa subsidiada a través del Nuevo Banco de Santa Fe, mientras que para los transportistas urbanos proponen que el agente financiero sea el Banco Municipal y el repago se deduzca de la recaudación de la tarjeta magnética.
D'Alessandro planteó que el costo de refabricar un bus urbano puede ser de 5 a 8 mil pesos de promedio, muy inferior al de una unidad nueva, además de estirar el plazo de amortización de la inversión.
En el caso de los de larga distancia, un bus de esta clase cuesta alrededor de 200 mil pesos, de los cuales 120 mil son de carrocería y de un sector mano de obra intensivo. Para graficar la crisis, el empresario señaló que este año se vendieron en la Argentina apenas 200 ómnibus, de los cuales sólo la mitad son de producción nacional.