Paseos por la cordillera chilena

Trekking por las laderas del volcán, baños aromáticos y masajes en las montañas de Chillán

En las laderas bajas del volcán Chillán Chico, donde está su cabaña de maderas oscuras, el baqueano Próspero Sepúlveda piensa en la metamorfosis de la cordillera andina chilena. Mira el estallido del verano y recuerda el mismo paisaje cubierto por la nieve del invierno y no encuentra palabras para explicarla.
En noviembre, las montañas recuperan el verdor vegetal y las flores silvestres crecen desaforadamente. "Hay otros aromas y otros olores en el verano", dice el baqueano. Y agrega: "lo único que permanece es el agua caliente sanadora que brota de las entrañas de la tierra".
Y así como las montañas se desnudan bajo el sol del estío, también las ropas ligeras de los primeros visitantes contrastan con los abrigados atuendos de los esquiadores. Sucede que las propuestas deportivas de la bella comarca son otras.
Este es el tiempo de las caminatas por los senderos de montaña y por los circuitos que llevan al Chillán Viejo, el volcán ya sosegado, y también a la cima del Chillán Chico, coronada por fumarolas eternas.
Los que van de trekking se mezclan con los que pedalean en las ligeras bicicletas de montaña. Un buen lugar de encuentro son las altas paredes rocosas donde se practica la escalada; un sitio donde se habla de grampones, de cuerdas, de nudos. La escalada en roca es una manera de exacerbar las emociones.
Desde allí se ve la lenta subida de la telesilla. Porque en este lugar de la cordillera nadie se va sin haber llegado a lo más alto. Los "minibuses" de Termas de Chillán Ski and Spa Resort llevan a los huéspedes montaña arriba hasta el Parque de Aguas.
El parque tiene cuatro piletas de aguas termales y juegos para niños. Desde allí, los ómnibus que van y vienen todo el día siguen subiendo hasta las cavernas naturales donde se toman los baños de vapor, una ceremonia que tiene mucho de ritual.
Desde las cavernas rocosas el majestuoso paisaje muestra una sucesión de géiceres por los que el volcán, indolentemente, expulsa fumarolas de azufre. Mientras tanto, el cuerpo se vigoriza con aguas termales ricas en hierro, manganeso y potasio.
Ese derroche de salud se extiende, más allá de los sitios naturales, a los dos hoteles del complejo y a los condominios, estos últimos especiales para familias. Los albergues están en un valle profundo que es un tesoro ecológico, incontaminado.
La filosofía del lugar bien podría resumirse en el pensamiento de Hipócrates, el padre de la medicina antigua, que en el año 400 antes de Cristo decía que "el camino de la salud es tener cada día un baño aromático y un masaje con esencias".
Los servicios de spa abarcan más de 40 propuestas, desde un tratamiento para revitalizar las células hasta cosmetológicos. Todo complementado con baños sauna y de vapor y fangoterapia.
También se pueden tomar sesiones de shiatsu, el masaje que los orientales realizan con los dedos en ciertos puntos del cuerpo, y probar los beneficios de la cápsula sensorial Sunspectra 900, que tiene aspecto de cama espacial.
Dentro de esta cámara los aromas y los colores son más intensos y el cuerpo toma una temperatura especial. Después de estas experiencias es conveniente nadar en las piscinas termales, a cielo abierto, escuchando sólo los sonidos de la naturaleza.
Desde el complejo turístico se puede visitar la cercana Chillán, que tiene la feria artesanal más importante y rica de Chile. En el corazón de la ciudad vieja se encuentran desde frutas y verduras hasta artesanías en madera y cuero.

En la cordillera se encuentran confortables hoteles.