| | El cazador oculto: La voracidad de la pantalla chica
| Ricardo Luque
La televisión no tiene límites. ¡Qué novedad! Su voracidad por mejorar sus mediciones de audiencia es insaciable. Sobre todo en momentos de crisis económica como el que atraviesa el país. La necesidad de reactivar la facturación de los canales lleva a los productores a forzar su imaginación más allá de lo razonable. Un buen ejemplo del fenómeno es "Popstars", un programa que, aprovechándose de la imperiosa necesidad que tienen las adolescentes de encontrarle un rumbo a sus vidas, montó un fabuloso negocio. También, "Reality Reality", un remedo de "Gran Hermano" con actores que, por un magro cachet, dejan que las cámaras los muestren como jamás dejaron que lo hicieran los programas de chismes. Pero la desenfrenada imaginación de la televisión vernácula va más allá. El suceso de los reality shows, un boom que no esperan ni siquiera los más optimistas impulsores del género, puso en marcha la maquiavélica creatividad del medio. Así fue como a un productor de Mauro Viale, esa suerte de Darth Vader de la pequeña pantalla, se le ocurrió convocar a un seleccionado de los personajes mediáticos que pululan en los programas vespertinos para encerrarlos en una casa minada de cámaras de televisión. Entre los convocados se cuentan Samantha Farjat, Ricky Maravilla, Beatriz Olave, Alberto Paganini, Guido Süller y Malena Candelmo. La idea, acaso la más bizarra que haya surgido de la caja boba, es que el programa sea conducido por Marcelo Polino, un experto en avivar el fuego del escándalo. Aún el "reality cambalache", como bien lo definen las revistas del corazón, no tiene lugar en la grilla de los canales abiertos, pero, como están las cosas, nadie se extrañaría si en los próximos días el programa aparece anunciado con bombos y platillos. La verdad es que si eso sucede nadie se asombrará. Para los convocados su hogar es la TV y la pantalla siempre fue una ventana abierta desde la que exhiben sin pudor sus intimidades. Que los sigan haciendo, encerrados en una casa o muy sueltos de cuerpo por la vida, es lo más natural del mundo.
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