-¿Sos muy creyente? -Sí. Creo mucho en Dios, rezo todas las noches. Eso creo que es una ayuda extra que uno tiene para meterle para adelante. Diego Luque se muestra seguro, mostrando enorme personalidad y trata de no quebrarse cuando se roza el tema de su esposa y se habla de la pequeña Rocío, de apenas un año y medio. "Antes de ingresar a la cancha me persigno y cuando llego a los arcos le pido a Dios y a mi señora que está en el cielo que me ayude en los partidos y en cada entrenamiento", dice a medida que empieza a aparecer un brillo especial en sus ojos. Obviamente, lo embarga la emoción y se incentiva hablando de su hija. "Está conmigo en Rosario y a veces se va a la casa de mis padres o de mis suegros. Trato de que la vean porque no puede estar alejados de ellos. Voy repartiendo los horarios, estoy cumpliendo las dos funciones de papá y mamá", cuenta. "Ahora con un año y medio hace de todo. Lo que habla o las travesuras que hace me causan mucha gracia. Gracias a Dios estoy viéndola crecer. Cuando ve los partidos enseguida dice papá, aunque yo no esté jugando", confiesa casi sin necesidad que se le realice alguna consulta. "A veces pregunta por la madre. Por suerte no llora, pero la estoy preparando diciéndole que su madre está en su corazón".
| |