Un maestro y director de una escuela rural del departamento cordobés de Río Seco fue condenado por la Justicia de esa provincia a un año de prisión en suspenso y separado del cargo por el Ministerio de Educación por haber intentado encerrar en el baúl de un automóvil a un alumno de sólo seis años con el objetivo de castigarlo porque había cometido un acto de indisciplina.
Así lo indicó ayer el fiscal del caso, Norberto Berger, quien había solicitado contra al docente Raúl Antonio Velárdez la misma condena que le fue impuesta por la Cámara del Crimen de la ciudad de Deán Funes. Tras conocerse el fallo de la Justicia, Ricardo Jaime, subsecretario de Educación de Córdoba, dispuso que el educador condenado fuera separado del cargo y destinarlo a "funciones de apoyo en la sede de inspección zonal correspondiente, hasta tanto concluya el sumario administrativo iniciado".
Velárdez se desempeña como maestro y director de la escuela rural Sara Villarreal, situada en el paraje San Antonio en el departamento cordobés de Río Seco, a unos 180 kilómetros al norte de la capital provincial.
La pena
El camarista Juan Carlos Serafini, en sala unipersonal, condenó al docente a un año de prisión condicional por el delito de privación ilegítima de la libertad, y le impuso la obligación estricta de abstenerse de relacionarse con la víctima y sus padres.
Pese a que el hecho, que fuera denunciado por familiares del menor, ocurrió en agosto del año pasado, el docente acusado siguió desempeñándose al frente de la escuela hasta ayer.
El fiscal relató que el episodio se produjo un mediodía, cuando los alumnos eran ordenados para arriar de la bandera, antes de retirarse a sus casas. "La víctima, un niño de seis años que cursaba el primer grado, no dejaba de correr, sin escuchar las directivas del maestro de que formara fila", relató Berger. Agregó que el director, "tomándolo de un brazo, lo llevó afuera de la escuela e intentó introducirlo en el baúl del automóvil de otra maestra, como castigo a su indisciplina".
No pudo cerrar el baúl
La resistencia del pequeño, que ya había sido acostado en el baúl, impidió que Velárdez concretara su propósitos, resaltó el fiscal. "No podía cerrar la tapa del baúl porque el niño pataleaba", agregó, hasta que los gritos del chico alertaron a la maestra dueña del vehículo y a una tía del chiquito, quienes intervinieron para hacerle entender al docente que no correspondía semejante sanción disciplinaria.
Berger dijo que durante el juicio el acusado negó los hechos, pero que los testimonios y las pruebas aportadas "fueron lo suficientemente contundentes como para indicar que el lamentable episodio realmente ocurrió".
El fiscal de la Cámara, Norberto Berger, explicó que se impuso la pena de un año de prisión en suspenso porque el docente no registraba antecedentes. No obstante, consideró que "la conducta del acusado excedió todos los límites de las medidas correctivas" para ingresar en el terreno de la "acción delictiva, más precisamente en la privación ilegítima de la libertad", aseguró el fiscal. "Este sujeto no puede estar al frente de un aula", reflexionó el fiscal. (Télam y DYN)
La Ciudad
