El automóvil utilizado por la banda que asaltó el Banco Río de Rondeau al 1800 estaba radicado en la provincia de Córdoba y el sábado pasado había sido vendido a un supuesto comprador domiciliado en Rosario. El Peugeot 405 modelo Stile color gris metalizado, en el cual los ladrones huyeron tras robar más de 100 mil pesos el martes pasado, apareció esa misma tarde abandonado en el barrio residencial de Lomas de Alberdi, en el norte rosarino y según confiaron a La Capital fuentes de la investigación, no presentaba ningún pedido de captura por robo. La policía sospecha que el grupo pudo estar conformado por cordobeses y santafesinos.
Otra novedad importante en la pesquisa fue el sorpresivo hallazgo de la pistola 9 milímetros perteneciente al agente policial que fue reducido por los asaltantes junto al resto de los empleados. El martes, el uniformado había llegado a la entidad cerca de las 9.30 para cubrir su puesto en la cabina de vigilancia y fue sorprendido por la gavilla apenas traspuso la puerta. Los delincuentes lo inmovilizaron y le quitaron el arma. En principio se creyó que se la habían robado.
Pero el mismo martes, ya en horas de la noche, el arma fue encontrada de casualidad por personal de limpieza del banco. La pistola marca Power estaba escondida dentro de un cajón de la cocina del local. "Seguramente se desprendieron del fierro porque no querían cargarse con agravantes en la causa", comentó un investigador.
Hallazgo de un video
El robo del martes pareció estar planificado hasta el más mínimo detalle. Los delincuentes se hicieron pasar por auditores del banco. Así se ganaron la confianza del vigilador privado y una vez adentro de la institución fueron reduciendo a medida que iban llegando a todos los empleados y al policía que debía custodiar el lugar. Con el banco virtualmente copado, esperaron a que se destrabara la puerta de la caja fuerte, tomaron el dinero y desaparecieron. También se apoderaron de los casetes del sistema de video, en el que quedan grabados los movimientos del interior del banco.
Sobre este punto, ayer trascendió que la banda se dejó en el banco una de las cintas ya que la policía halló un casete que guardaría imágenes del asalto. Ese material ya se encuentra en poder del juez de instrucción Alfredo Ivaldi Artacho.
Con relación al coche que fue utilizado por los ladrones, el martes a última hora de la tarde apareció estacionado en Vasallo al 300, casi esquina Salvat, jurisdicción de la subcomisaría 23ª. El Peugeot 405, patente DHD872, estuvo en ese lugar desde el mediodía, según contaron algunos vecinos, pero nadie vio cuando lo dejaban estacionado. La policía encontró las llaves tiradas en el piso del coche.
El coche no tenía pendiente ningún pedido de captura por robo. Eso llamó la atención de los investigadores porque generalmente en golpes como el perpetrado en el banco Río, las bandas suelen utilizar vehículos sustraídos unas horas antes para después abandonarlos. Al parecer con el 405 no sucedió tal cosa. De acuerdo a su chapa patente, el rodado estaba registrado a nombre de Mirta Cochiza en la localidad cordobesa de Unquillo.
Según fuentes allegadas al caso, Cochiza vendió el coche a Enrique Bernis o Bertis, quien vive en la capital de esa provincia. El hombre fue detectado por la policía rosarina mediante un rastreo de direcciones y números de teléfonos, pero no habría dado una explicación convincente de lo que sucedió con su auto. El cordobés le relató a los agentes de la subcomisaría 23ª que días atrás publicó un aviso clasificado en La Voz del Interior en donde ofrecía el coche para la venta y que el sábado pasado se lo vendió a un rosarino, del que aportó una dirección en la zona sur.
Ayer, el juez Ivaldi Artacho iba a realizar unos allanamientos con vistas a ubicar al último comprador del Peugeot, quien pasó a ser la primera pista que los investigadores pueden seguir. Mientras tanto se aguardaba el arribo a Rosario del comprador del auto para que amplíe su declaración y para supuestamente hacerse cargo del auto.