Amia: un abultado informe secreto complica a la Side

Tres agentes del organismo habrían sido sancionados por haber boicoteado las investigaciones

Siete cuerpos y 18 anexos de un expediente secreto que detalla presuntas anomalías cometidas por los agentes de la Secretaría de Inteligencia del Estado (Side) que participaron de las investigaciones por el atentado a la Amia llegaron ayer a manos de los jueces que sustancian el juicio oral y público por la masacre del 18 de julio de 1994.
Según trascendió, por los hechos irregulares detectados en la investigación interna desarrollada por orden del titular de la Side, Carlos Becerra, habrían sido sancionados tres espías que cumplieron roles preponderantes en los equipos de "Contrainteligencia" y "Sala Patria" del organismo.
Se trata de los equipos de trabajo que el entonces mandamás de la Side, Hugo Anzorreguy, puso a las órdenes del juez federal Juan José Galeano para colaborar con la causa por la voladura de la Amia. Empero, se sospecha que lejos de auxiliar al magistrado los espías incurrieron en una serie de irregularidades que, en algunos casos, podrían configurar ilícitos como el encubrimiento y la destrucción de evidencias.
Hace un año, Becerra puso en marcha una investigación sobre el accionar de la Side en la causa Amia. Y encomendó la tarea a un grupo de expertos de la División Asuntos Internos de la central de inteligencia que volcó cada dato en un sumario secreto que, recién ayer, llegó a manos de los jueces Gerardo Larrambebere, Guillermo Gordo y Miguel Pons, miembros de tribunal oral que enjuicia a cinco presuntos cómplices del atentado.
Según trascendió ayer en los Tribunales Federales porteños, donde se sustancia el juicio oral, Becerra habría aplicado sanciones administrativas a tres agentes por gruesas fallas en la investigación por el ataque a la Amia. Los castigados serían el experto en terrorismo Patricio Finnen o Pfeening (las fuentes discrepan respecto del apellido correcto), el ex jefe de la Side Jorge Lucas Casado y un tercer espía identificado como Alejandro Brousson, que habría alcanzado cargos jerárquicos en el organismo.
Becerra decidió realizar una investigación puertas adentro de la Side a raíz de dos hechos: las graves acusaciones que formuló el ex secretario Claudio Lifschitz y que fueron llevadas a los Tribunales por el entonces ministro de Justicia, Ricardo Gil Lavedra, y los datos que surgieron de las averiguaciones realizadas por una comisión parlamentaria que sigue la causa Amia.