cartas

El cuento del arbolito

A partir de agosto de 1999, es decir más de dos años, vivo la odisea de trámites para la extracción de un plátano, probablemente centenario, de mi vereda. No quiero abundar en detalles sobre las idas y venidas. Cansada de frecuentar la oficina de Parques y Paseos, presenté dos notas dirigidas al presidente del Concejo Municipal, Pablo Cribioli, sin tener hasta ahora ni siquiera una nota de consideración. Creo que son bien sabidos los inconvenientes físicos (recolección de grandes bolsas con hojas y pelusas todo el año) y personales que incluyen la alergia respiratoria y ocular, por lo que recurro a este medio con la esperanza de encontrar un alma caritativa dentro de las autoridades competentes, que se compadezca y cumpla con sus obligaciones para con los ciudadanos que sí las cumplen.
Dina K. de Grinberg