| | cartas Justicia, ¿dónde estás?
| Con el reciente fallo de la Corte Suprema liberando a Carlos Menem y Emir Yoma cobra fuerza y evidencia la frase de Bertolt Brecht: "Muchos jueces son absolutamente incorruptibles; nadie puede inducirles a hacer justicia". Tal pareciera el caso de los llamados "supremos". En efecto, la puesta en libertad del multimillonario ex presidente demuestra que la podredumbre jurídica y política reinante institucionaliza así, desde el máximo tribunal, la corrupción e impunidad del poder. La veloz Corte Suprema ha resuelto políticamente el caso de la venta ilegal de armas para beneficio de Menem y su ex pariente al eximirlos de prisión y derribar la figura penal de asociación ilícita, cosa discutible por cierto. Todo ha sido burdo y desprolijo, prevalecieron intereses políticos y de amistad por sobre lo jurídico y probatorio al consagrarse la impunidad desde el más alto tribunal del país. Justicia, ¿dónde estás? nos preguntamos. La sentencia pone en evidencia que lo "convenido" era liberar a Menem y Cía. y, de paso, advertir a los jueces que los delitos del poder no se investigan y menos que sus autores terminen en la cárcel. Esta es la realidad. La resolución es un mamarracho que el pueblo rechaza por injusta al ver el pacto de impunidad entre el anterior y el actual gobierno. "Una serie de considerandos vacían a la asociación ilícita de la posibilidad de que en el futuro miembros de un gobierno puedan llegar a cometerla"; "se hizo una suerte de per saltum disfrazado, es decir, no intervino la casación y se llegará a un juicio oral incompleto sin los delitos más importantes", expresaron destacados juristas. Si algo faltaba para refuerzo de la impunidad reinante sobre ciertos delitos lo aporta esta lamentable sentencia. Nunca más oportuna la frase de La Bruyere: "Donde hay poca justicia es un gran peligro tener razón". Roberto Torres
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