Sergio Faletto
Cuando un equipo no convierte y por ende tampoco gana es habitual escuchar la crítica rápida del hincha dirigida a los delanteros o al goleador, pero en estos casos es necesario evaluar previamente si el conjunto genera el juego suficiente para asistir a los atacantes y produce los espacios indispensables para llevar riesgo al arco contrario. Porque si los diagramas tácticos no tienen ejecutores en la cancha las ideas propuestas en la teoría se hacen inviables en la práctica. Y desde hace un tiempo que Central arrastra esta falencia. Quizás porque desde que Ezequiel González emigró a Italia los distintos entrenadores no pudieron encontrar al reemplazante. Hoy la ardua tarea de hallarlo es de Daniel Teglia, quien recién inicia su ciclo y ofrece su análisis al respecto.
-¿Central tiene en el plantel un jugador que pueda desempeñarse como conductor?
-Hay más de uno, pero ese conductor necesita sumar partidos y tener continuidad. Las características de conductor las reúnen varios jugadores, pero fue difícil para ellos consolidarse como tal porque a a la juventud que todos tienen le sumaron la falta de continuidad, ya que jugaron un partido sí y otro no, y esto los alejó física y anímicamente de su nivel óptimo para rendir.
-¿Cómo elegís a ese enganche o volante creativo para que sea el intérprete de lo que planificás?
-Primero hay que decir que no necesariamente tiene que ser solamente uno, porque hay equipos que tienen más de uno. Segundo que si bien muchos focalizan como conductor a un enganche, también un delantero tirado atrás puede serlo, como así un volante central, que por su temperamento conduzca a sus compañeros. Después es necesario definir a este conductor, que es aquel jugador que a través de su inteligencia y personalidad puede hacerse cargo de la mayor cantidad de jugadas del equipo en situaciones límites. Ya sea para manejar la pelota y descansar, para elegir las jugadas y el ritmo del ataque. Son los estrategas que tienen esa virtud, que además de su talento y jerarquía tienen la inteligencia suficiente para tener una lectura del juego de acuerdo a como el partido lo necesite.
-Por lo que dijiste hay varios en Central que tienen esa inteligencia para hacer la lectura justa del juego durante el partido.
-Sí. El Tom Arriola tiene una lectura cerca del área y es un jugador muy importante porque es agresivo y muy útil en materia ofensiva. El Chueco García tiene un mayor panorama de juego, tiene una visión más amplia. Vitamina Sánchez también sabe manejar el ritmo del equipo, y para esto se sustenta en su experiencia. Luciano De Bruno tiene capacidad para erigirse en conductor, pero para ello debe estar en su mejor nivel. Y no me quiero olvidar de Lucas Correa, un chico que técnicamente tiene lo necesario para cumplir con esa función.
-Pero a excepción de Vitamina, ninguno de ellos tuvo continuidad para afianzarse y poder reemplazar a Ezequiel González.
-Sí, pero no nos olvidemos que a Ezequiel le costó muchísimo. Estuvo dos campeonatos alternando y recién después comenzó a brillar, cuando ya tenía encima más de 40 partidos, y esta etapa de maduración es imprescindible para que un jugador se adapte a sus compañeros y al equipo que tiene que conducir.
-¿Cuál es tu metodología para elegir a este conductor tan necesario hoy en Central?
-Nosotros jugamos el último partido con el Chueco García, y lo tratamos de rodear con futbolistas con cierta riqueza técnica para que él pueda dentro del equipo tener reciprocidad. Pero yo creo que al equipo no le sirve tener un solo conductor, creo que tiene que tener gente capacitada para tomar la posta cuando su compañero tiene una mala tarde. Si hablamos del ideal, un equipo debería tener once jugadores pensantes que puedan decidir y ejercer sobre los demás. Pero la realidad es otra y la mayoría de los equipos argentinos tienen el mismo problema que enfrenta Central, porque los jugadores diferentes no abundan.
-De tu respuesta surge la siguiente pregunta: ¿la falta de juego de Central tiene solución?
-La solución depende de la continuidad y de la tolerancia. Si uno de estos chicos que te mencioné juega un partido y ya le estamos exigiendo que brille vamos a terminar en la ya conocida picadora de carne, que es cambiar y cambiar para que todos terminen cuestionados, porque vamos a poner a un jugador para cada partido y los resultados van a ser iguales. O lo que es peor, si ganamos un encuentro y creemos que ese jugador es la gran solución a todos los males. Central necesita hoy volcar en dos o tres jugadores la responsabilidad de conducir.
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La Ciudad
