Cuando faltan 14 días para que asuman los nuevos concejales, la mayoría de los bloques partidarios comenzó a estrechar filas detrás de una idea: impedir el ingreso al Palacio Vasallo de Sandra Cabrera, la electa legisladora por el ARI trucho. "Nosotros vamos a rechazar su diploma", dijo sin titubeos el presidente de la bancada oficialista, Sergio Liberati. En tanto, desde el PPS, Ricardo Reynoso adelantó que "se está estudiando la manera legal de impugnarle el diploma". Desde el radicalismo celeste la idea también es rechazar el ingreso de Cabrera, al tiempo que desde la fracción de Convergencia la estrategia pasa por "conseguir dictámenes jurídicos que indiquen si corresponde o no avalar su ingreso". En el peronismo admiten que "se está ante una encrucijada", ya que la boleta con la que ganó fue aprobada por la Justicia, por lo que "es muy difícil impedir su ingreso". Pero más allá de que acceda o no a una banca, la idea generalizada es "hacerle pagar un duro costo político". En cuanto al regreso de Jorge Boasso al Concejo (fue recientemente destituido pero el 10 de diciembre aspira a volver, ya que fue reelecto en las últimas elecciones), las voces difieren. Mientras los socialistas, sus aliados celestes y el peronismo insisten con que si deja de lado su función de ejecutor fiscal le aceptarán el diploma, los cavalleristas reflotan su proyecto que indica que si se abstiene de ejecutar empresas municipales votarán su ingreso. Mientras tanto, el futuro de Boasso se entrelaza con los múltiples pactos que llevarían a Norberto Nicotra a ocupar la presidencia del cuerpo. Es más, el propio Horacio Usandizaga hablaría en las próximas horas con el destituido edil para que acepte estas propuestas.
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