Un muchacho de 25 años fue asesinado de una puñalada en un confuso episodio ocurrido en el barrio Empalme Graneros. Para los investigadoes el hecho fue el desenlace de un intento de robo, pero algunos vecinos y familiares dudaban de esta hipótesis y no tenían certezas acerca de los motivos por los que fue ultimado. Una fuente de la Jefatura rosarina indicó que uno de los presuntos autores del suceso fue detenido.
Cerca de las 9 de la noche del domingo, los vecinos de Cullen y Juan B. Justo se vieron sorprendidos por los gritos desesperados de una mujer que pedía ayuda. Enseguida los habitantes de la barriada corrieron hacia donde estaba un muchacho tirado sobre el pavimento, a pocos metros de un pasillo por el que se ingresa a varios ranchos de chapa y zinc, en Cullen al 1100 bis.
Angel Marcelo Albornoz perdía mucha sangre. Un puntazo que le habían asestado dos hombres en la espalda, a la altura de la cintura, lo había dejado inconsciente. A su lado, los pedidos de auxilio se repetían porque la ambulancia del Sies no llegaba.
Entonces, un tío de Albornoz lo subió a su auto y lo llevó al Hospital Alberdi, donde murió a poco de ingresar. La vida de Marcelo había transcurrido en una humilde vivienda de Cullen al 1100 bis. El muchacho estaba casado con Andrea Elizabeth Juárez, de 23 años, y la pareja había tenido tres hijos de 3, 5 y 6 años.
En la puerta de la casa
Angel se ganaba la vida como mecánico y en algunas ocasiones manejando camiones de transporte de mercaderías. El domingo a la noche había decidido acostarse temprano, pero cerca de la 8 y media de la noche sintió hambre y decidió ir a una granja ubicada a la vuelta de su casa, sobre la calle Juan B. Justo.
Salió de su vivienda, pero sólo llegó a la vereda. Allí lo interceptaron dos hombres y le asestaron una puñalada mortal. El muchacho se desplomó sobre el pavimento y quedó malherido enfrente del jardín de infantes número 104.
A partir de este momento los relatos se bifurcan y los testimonios acerca de los motivos del ataque no parecen al menos claros. Por un lado, la policía señaló que el muchacho murió tras resistirse a un intento de robo. Pero algunos vecinos no están convencidos de esta hipótesis, aunque tampoco conocen las razones del ataque. "Era un muchacho bueno y querido en el barrio. Incluso los pibes lo querían mucho", comentó una mujer, que prefirió mantener su identidad en reserva.
Ayer a la tarde, mientras velaban a Angel en una humilde casa ubicada en la misma cuadra donde vivía, sus familiares estaban desconcertados y dijeron que "no sabían por qué lo habían matado".
Isabel Góngora, la madre del muchacho asesinado, parecía tranquila aunque profundamente acongojada. A duras penas pudo reconstruir los últimos instantes en los que vio a su hijo con vida cuando los gritos de los vecinos corriendo hacia donde estaba el muchacho ensordecían a los habitantes de la barriada. "No sé lo qué pasó. Angel era muy muchacho bueno y trabajador", explica casi con monosílabos.
La mujer no conoce los motivos de la agresión, aunque presume que se trató de un intento de robo porque "a Angel le faltó una pulsera de oro".
-¿Usted piensa que lo mataron por una venganza? \-No sé, creo que no.
En tanto, una fuente policial indicó que a Albornoz lo mataron al resistirse a un intento de asalto. "Le robaron un anillo y una pulsera de oro, un reloj y 50 pesos", explicó el vocero. El portavoz agregó que uno de los presuntos autores del hecho ya fue detenido. Se trata de Luis Hernán Molina de 20 años, mientras los agentes anoche buscaban a un hermano, que también estará involucrado en el hecho.
La Ciudad
