Eduardo Caniglia
Un comerciante de la zona norte de la ciudad persiguió a dos asaltantes que poco antes habían robado su local y luego de alcanzarlos, mientras escapaban en la bicicleta de su hijo, los atropelló con su auto. A pesar del accidente los maleantes continuaron la fuga a pie, pero en la alocada carrera perdieron el botín: la recaudación del comercio y un teléfono celular.
El hecho ocurrió en una pequeña ferretería de Agrelo 2790, en el barrio La Florida. Allí, la noche del sábado Sergio Gabriel Palma, de 35 años, atendía el comercio junto a su esposa y su hijo. Junto a ellos estaba un proveedor cuando dos jóvenes irrumpieron en el local. Enseguida los intrusos demostraron sus intenciones: encañonaron con un revólver a las personas que estaban en la ferretería y los obligaron a tirarse al suelo detrás del mostrador. Después, con la situación controlada, se apoderaron de 40 pesos y el celular de Palma.
Con el botín en sus manos, los ladrones atravesaron la puerta del comercio y se subieron a la bicicleta del hijo del comerciante, que estaba en la vereda. En el rodado, los jóvenes escaparon en dirección a calle Matheu y por allí hacia Rondeau.
Entonces Palma decidió salir en búsqueda de los malhechores. Se subió a un Renault 12 y comenzó a perseguirlos. Recorrió dos cuadras y media y cuando llegó a Matheu al 700 uno de los ladrones, que viajaba sentado en el caño de la bicicleta robada, le apuntó con el arma.
Ante esto, Palma sólo atinó a tirarse sobre el otro asiento y perdió el control del vehículo. El auto continuó la marcha y atropelló a los maleantes. A raíz del golpe, los dos asaltantes cayeron al suelo, pero tuvieron tiempo para reincorporarse y continuar corriendo en dirección a la villa La Cerámica.
Claro que en la desenfrenada carrera los ladrones abandonaron su botín: en el lugar dejaron el dinero, el celular y el revólver calibre 38, sin cartuchos, que utilizaron para cometer el atraco. También dejaron un "sombrerito playero" que llevaba uno de los maleantes.
En un primer momento a Palma y a las numerosas personas que se acercaron al lugar el hallazgo les pareció un dato menor. Pero no fue así para la policía. Cuando el comerciante se presentó en la comisaría 10ª para denunciar el atraco, los agentes lo sorprendieron con una pregunta.
-¿El que lo robó es el capitán Piluso?
-¿"Cómo lo saben?", repreguntó perplejo Sergio, aunque aclaró que no lo conocía.
Después, los agentes le explicaron que las sospechas apuntaban a un muchacho con "un sombrerito playero" que en los últimos días, según la policía, asaltó varios comercios del barrio.
Según contó Sergio a La Capital, en las últimas semanas la estación de servicios de bulevar Rondeau y Matheu recibió la visita de ladrones. Pero en el raíd delictivo también fueron asaltadas una librería de Salvat y Rondeau, un quiosco de Matheu y Agrelo y una panadería de la zona.
En tanto, poco después del hecho agentes de la seccional 10ª rastrillaron la villa La Cerámica para hallar a los maleantes, pero no fueron localizados. "Los policías se tuvieron que volver porque los recibieron a los piedrazos", comentó Palma.
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La Ciudad
