Año CXXXV
 Nº 49.312
Rosario,
lunes  26 de
noviembre de 2001
Min 12º
Máx 27º
 
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
El País
Sociedad
El Mundo
Policiales
Escenario
Ovación
Suplementos
Servicios
Archivo
La Empresa
Portada


Desarrollado por Soluciones Punto Com





Se suman el ARI verdadero, el trucho y el flamante Frente para el Cambio
El Concejo tendrá nuevos bloques que costarán más de medio millón al año
Tres partidos ingresan al Palacio Vasallo y adelantaron que pedirán financiamiento para su labor parlamentaria

Diego Veiga

En el Concejo Municipal reina por estas horas el doble discurso. Mientras el presidente del cuerpo, Pablo Cribioli, anuncia un ajuste de un millón de pesos, concejales electos e incluso una edila que cambió de partido se preparan para exigir que se les otorguen bloques propios. Lo curioso es que para mantener esas estructuras, el nuevo Palacio Vasallo deberá destinar al año más de medio millón de pesos extras. Si esta idea prospera, quienes piden tener su propio bloque podrán nombrar un secretario con un sueldo de 2.000 pesos mensuales y acceder a una caja chica de 1.500 pesos por mes para "gastos de movilidad". A estos montos se sumarán los recursos asignados para pagar asesores, una cifra que oscila los 7.000 pesos mensuales por concejal, y los 2.500 pesos promedio que cobra cada edil de dieta.
Detrás de esta idea se alistan Sandra Cabrera, la legisladora que llegó al Vasallo gracias a una boleta con las letras ARI en grande; Silvana Svatetz, que rompió filas con el Frente Grande y ahora milita en el Frente para el Cambio de la aeronáutica Alicia Castro; y los dos representantes del partido de Elisa Carrió en Rosario: Gustavo Gerosa y Alberto Cortés.
Todos están dispuestos a exigir que se les otorguen sus propios bloques para "tener más representación en el cuerpo". Lo cierto es que gracias a la conformación de estas nuevas estructuras, al menos tres personas estarían en condiciones de conseguir un puesto político con un sueldo de 2.000 pesos mensuales durante los próximos cuatro años.
Se trata de los futuros secretarios de bloque de los partidos Polo Social (más conocido como ARI trucho), Frente para el Cambio y Partido Socialista Auténtico.
Además, cada bloque recibirá 1.500 pesos mensuales para "gastos de movilidad". "Antes había un chofer para cada bloque, pero ahora se da directamente el dinero", explicó un veterano legislador.
A estas asignaciones habrá que sumarles el costo de los teléfonos, fax, fotocopiadoras, y demás elementos que suelen acompañar las oficinas de los bloques.
De acuerdo a un pacto histórico en el Concejo, un edil puede pedir conformar un bloque en dos casos. Cuando representa a un partido o bien cuando se separa de uno. Pero en esta última situación deben ser tres en total para obtener ese status.
Pero hay más. El anunciado ajuste del gasto político terminará por desmoronarse si se toma en cuenta que, de acuerdo al último censo, la cantidad de ediles debería aumentarse, algo que ya se discute en el Palacio Vasallo (ver página 4).

Un antecedente cercano
Lo cierto es que los concejales se encuentran hoy ante la incertidumbre de aprobar o no la conformación de los nuevos bloques. Es que en realidad, y repasando la historia más cercana, en 1995 el cuerpo autorizó al demócrata progresista Miguel Montrassi a formar su propia fracción, cuando el edil había llegado al Concejo de la mano de un sublema de la Alianza y no del propio PDP.
Con este antecedente de por medio, todo indica que nada le impediría a varios concejales electos solicitar el armado de bloques para sus partidos. "Es algo que es así desde siempre, ya que forma parte de un acuerdo histórico del Concejo, a cada partido le corresponde un bloque", explicó un concejal.
La frase entusiasma a Sandra Cabrera, quien sabe que es muy remota la posibilidad de que alguien le boche el armado de su propia estructura. Es más, algunos especulan con que esto ya estaba calculado. Es consciente de que la confusa boleta que presentó en las elecciones no sólo le permitirá ser concejal y disponer de cerca de 10 mil pesos mensuales (su dieta más el dinero para asesores), sino que además tendrá su propio bloque.
Otra que quiere su bloque es Silvana Svatetz. Desencantada con la Alianza ahora se abraza al Frente para el Cambio y pide tener toda una estructura para reclamar el ajuste en el Vasallo. Toda una paradoja. "Voy a pedir bloque porque quiero estar de igual a igual. Quiero participar de la reunión de Labor Parlamentaria y tener voz y voto para exigir que se blanqueen los gastos del Concejo", asegura, al tiempo que reconoce que si pide la conformación de un bloque tendrá más asignación de dinero. "Sí, lo se. Pero si van a hacer recortes que lo hagan con todos", dispara.
Mientras tanto, Cribioli anuncia un ajuste de un millón y direcciona la tijera a las reducciones de dietas, gastos telefónicos y poda de colaboradores. Algo que se contrapone con la idea de varios de los nuevos ediles. Todos quieren bloque y para tenerlo hace falta más de medio millón al año. En fin, paradojas del Vasallo.



Se habla de ahorrar, pero todo apunta a gastar más.
Ampliar Foto
Notas relacionadas
Llegó el momento de la entrega de diplomas
Diario La Capital todos los derechos reservados