Año CXXXV
 Nº 49.311
Rosario,
domingo  25 de
noviembre de 2001
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cartas
Templo de Fisherton

He leído con particular atención las reflexiones del señor Arturo Araujo en relación al templo de Fisherton. Como hombre de ley que es, estará de acuerdo en que todos somos iguales ante ella, por lo tanto no deberían existir privilegios para algunos; nuestro reclamo en este sentido es que si existen normativas con respecto a edificios de valor patrimonial y si la iglesia en cuestión ha sido declarada como tal a través de la ordenanza 6547 y 6548/98 y por último si el resto de los vecinos de nuestra ciudad que tiene un edificio de estas características cumplen con las ordenanzas, no veo que el Arzobispado no deba hacerlo. No se trata de que cualquier persona de buena voluntad opine sobre las bondades arquitectónicas de todos los edificios declarados bienes patrimoniales sea la que se expida. Por otro lado creo que se están sobredimensionando las necesidades de la parroquia en este sentido como si fueran de vida o muerte o quizá la necesidad de la sala de terapia intensiva de un hospital público. Como bien dicen las reflexiones, para poder escuchar misa sentados hay que ir 15 minutos antes, de lo contrario se sufre un plantón para no transcurrir esa hora apoyado en la pared (todo esto una vez por semana). Yo creí que la fe movía montañas. Se están viviendo horas muy trágicas en el país y en el mundo. He leído también las reflexiones al culto divino y algunas interpretaciones como por ejemplo que el sagrario estará cruzado por el mar Rojo. Y por último ya que también hacen mención a un tema que no por poco sagrado es menos importante...el dinero. Cuando y quienes hacen la inversión. Sería importante aclarar en esta oportunidad que la parroquia Cristo Rey es sin discusión una parroquia recaudadora; tiene a su cargo la administración del colegio Stella Maris totalmente subsidiado por el Estado. Administra además una fundación, Juan XXIII, que tiene la suerte de que todos los alumnos de la escuela colaboren voluntariamente todos los meses con un bono contribución. Cuenta también con un grupo de mujeres del barrio que contribuye donando alimentos y su preparación para el comedor Aim Karin, por lo tanto tiene la obligación de ser una parroquia pródiga en obras para los más necesitados.
Victoria López de Tejada


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