El bajo crecimiento de población que según los datos preliminares del Censo 2001 ostentan la provincia de Santa Fe (6,3 por ciento) y el departamento Rosario (2,5) generan más de un interrogante. Básicamente, la pregunta es si el fenómeno debe leerse sólo como una realidad negativa o si también pueden rescatarse aspectos auspiciosos. La Capital consultó a políticos, funcionarios y especialistas de diversas disciplinas para recabar cuál es su primera impresión sobre el tema.
Dos hipótesis, no necesariamente excluyentes, apuntan a analizar si la baja performance tiene que ver con la caída del desarrollo económico regional o con otros factores, por ejemplo con el éxito de la planificación familiar. También intervienen otras variables, siempre en calidad de interrogantes: ¿Qué pasó en la última década con las migraciones internas? ¿Llegó menos gente? ¿Cuánta se fue? Habrá que tener paciencia. Para responderlas a ciencia cierta se deberá contar con los datos definitivos del censo, que estarán en febrero próximo.
Jorge Obeid (diputado nacional y ex gobernador de Santa Fe): "El dato me desconcierta, no era lo que esperábamos. Santa Fe recibió mucha migración interna y, más allá del aumento de la desocupación, ha generado más empleo que otras provincias, lo que hacía suponer que iba a haber un aumento de población. No le encuentro explicación, pero hay que ver los resultados definitivos del censo. Lo cierto es que es un dato preocupante porque este es un país despoblado y la densidad demográfica de la provincia es muy baja. Hay que poblar Santa Fe".
Ricardo Suárez (rector de la Universidad Nacional de Rosario): "Cuando en la zona se creó el cinturón industrial, tanto el Gran Rosario como las localidades vecinas fueron un polo de atracción de gente que venía de otros puntos del país. Pero no sólo que eso desapareció, sino que además el uso de tecnología ha hecho que no sea necesaria tanta mano de obra. Por eso, es difícil visualizar a Santa Fe como un lugar donde se puede conseguir trabajo y en alguna forma la provincia es expulsora de gente. Esto puede explicar los datos que arroja el censo".
Miguel Lifschitz (secretario de Servicios Públicos municipal y ex titular del Plan Estratégico Rosario): "Evidentemente no es un dato positivo. El crecimiento de los centros urbanos se asocia sobre todo al desarrollo económico y el progreso en las oportunidades de trabajo. Estos números, que se dan también en otras grandes ciudades del país, reflejan un fenómeno muy ligado a la falta de desarrollo económico de la última década".
Carlos Crucella (economista): "El crecimiento de la población es un elemento base para analizar la situación del empleo. Se podría decir que un crecimiento lento es un dato positivo porque indica que no hay tanta necesidad de crear fuentes de trabajo para quienes ingresan al mercado laboral. Pero visto cómo empeoró este mercado en los últimos diez años, ya no se puede decir que el aumento de la desocupación sea resultado del incremento de la población, hay que hacer nuevos cálculos. El índice de crecimiento de población del 6,3 por ciento indica que la generación de puestos de trabajo en Santa Fe ha sido nula".
Rafael Iglesias (urbanista): "No sé si es para tomarlo linealmente y decir: «somos menos: es peor», y tampoco sé si el crecimiento poblacional es realmente un beneficio, porque desde un punto de vista si hoy crecemos mucho lo que vamos a tener es más pobres. También es posible preguntarse por qué crecieron tanto provincias muy pobres, ¿no habrá una migración de retorno a los lugares de origen? De todos modos, en las ciudades grandes que pierden atractivo económico se está dando un fenómeno de desconcentración y descentralización. Rosario puede ser uno de esos casos.
María Rosa Vallasciani (directora de Estadística municipal): "Primero, sería muy cauta con los datos preliminares de la ciudad porque aún no está muy claro cuánta gente quedó sin censar. De todos modos, los bajos crecimientos de población se asemejan a los de los países desarrollados. Y nosotros poseemos una particularidad: siendo un país subdesarrollado, tenemos comportamientos de población como en los países desarrollados, donde los índices de natalidad y mortalidad son bajos. Y eso, por supuesto, se vincula con las políticas de salud".
Miryam Stanley (historiadora): "Las ciudades más modernas no tienen índices de alto crecimiento por distintos factores. Puede ser que Rosario tenga un comportamiento de ese tipo, pero lo sorprendente es que tampoco haya habido un aumento vía migraciones internas. Pensé que eso se iba a notar. En una palabra: o el crecimiento vegetativo fue muy bajo o las migraciones no fueron tan importantes como se creía. De todas formas, esto es muy intuitivo, habría que ver los datos de forma más discriminada".
Elda Serrano (titular del Programa de Procreación Responsable municipal): "No creo que sea el programa, que venimos realizando desde el 98, la causa de que en Rosario haya crecido poco la población. Es cierto que el año pasado en los hospitales se registraron 300 partos menos, pero para asociar los índices del censo al programa deberíamos llevar como mínimo unos diez años de trabajo. Y en lugar de abarcar 20 mil mujeres, como hicimos, tendríamos que tener en cuenta a unas 45 mil".
Héctor Vázquez (antropólogo): "Voy a expresar una intuición. Creo que mucha gente de esta provincia emigró hacia Córdoba y Buenos Aires. Y, además, que este bajo índice de población muestra la xenofobia y los prejuicios que tiñen los comentarios de quienes dicen, por ejemplo, que no deja de venir gente de Chaco en búsqueda de trabajo a Rosario".
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La Ciudad
